Evaristo Torres Olivas
lunes, 1 de octubre de 2012
Dos lumbreras
Hay textos que se publican en los periódicos que necesitan leerse varias veces para enterarse de lo que dicen o para confirmar que lo que dicen es una gilipollez. Unas veces la culpa de que no se entienda se debe a la torpeza del periodista que ha redactado el artículo; otras tiene como responsables a los protagonistas de la noticia que dicen gilipolleces y el periodista no tiene más remedio que recoger, entrecomillado, lo que sale de sus boquitas. A este segundo caso, al de que los protas digan chorradas, pertenece la noticia publicada en el Diario de Teruel del martes, 18 de septiembre. Dos descorbatados del PSOE—nunca he entendido la tontada de los socialistas de ponerse corbata en unos actos públicos y en otros no—Vicente Guillén y Javier Velasco, convocan una rueda de prensa para contar sandeces que he tenido que leer tres veces para asegurarme de que efectivamente son sandeces. Convocaron la reunión para criticar al consejero de Obras Públicas del PP quien había afirmado unos días antes que “el aeródromo tiene rentabilidad social pero no económica”. ¿Y en qué consiste la crítica de los socialistas? Dice Velasco: “Si no se invierte ni un euro a no ser que se obtenga rentabilidad inmediata, en Teruel no haríamos ninguna inversión. Para conseguir rentabilidad están los bancos, mientras que el Fite (Fondo de Inversiones de Teruel) es para crear infrasestructuras que propicien la creación de empleo”. Es decir, que con tanto palabrerío, viene a decir lo mismo que el consejero del PP, solo que utilizando tres veces más palabras. No aclara la afirmación rotunda de que los bancos están para conseguir rentabilidad. ¿Qué tipo de rentabilidad? ¿Para quién? Pero si eso dice Velasco, Guillén es infinitamente peor. Parece que le jode que el PP hable del aeropuerto y reclama al alcalde Blasco “un poquito de pudor cuando le ven pavonearse en Caudé”. En todo este embrollo, el único que dice algo sensato es el director del aeropuerto, Alejandro Ibrahim: “Como todas las grandes obras, unos las empiezan y otros las terminan. No tengo problema en reconocer el esfuerzo de otras personas en el aeropuerto”. ¿Por qué son siempre los menos espabilados los que se dedican a la política? Con algunas excepciones. Pocas.
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A samugazos
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2 comentarios:
Las excepciones, cuando entran an la política, se vuelven igual de torpes. Hay mucho psunami de torpes.
Dos jetas, eso es lo que son.
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