“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 27 de septiembre de 2012

Con menos gritos

En una de sus canciones, Carlos Cano cantaba que La Habana es Cádiz con más negritos. Y yo digo que el PSOE es el PP con menos gritos. Si uno escucha a los dirigentes del PP, la verdad es que acojonan. La pasada legislatura, cuando estaban en la oposición en el Parlamento, su estilo natural de comportamiento era la bronca diaria. A degüello. Como perros de presa. Nada que ver con el talante de los socialistas obreros españoles. Salvo algún que otro verso suelto, como José Blanco o el exalcalde de Getafe, Pedro Castro, los sociatas obreros se comportan como damas y caballeros. Gritan e insultan menos. Algo muy importante y digno de tener en cuenta. Sobre todo cuando el que grita e insulta no sabe hacerlo. Insultar es todo un arte y quien domina ese arte tiene la aceptación del público. Alfonso Guerra por ejemplo. Tenía veneno pero insultaba con gracia y sobre todo porque además de a la oposición, les daba a los suyos también. A Suárez lo llamó tahúr del Mississippi, a Rajoy mariposón, porque va de un lado a otro; a Soledad Becerril, Carlos III vestido de Mariquita Pérez y a Loyola de Palacio, la monja alférez. Pero a sus conmilitones también les daba cuarto y mitad de mala uva: desde el necionalismo de Manuela Desmadre al neomachadismo de barato de Fernández Tarugán.  Dejada clara la propensión al griterío de los peperos, algunos versos sueltos del PSOE y la gracia para el insulto de Guerra, en lo esencial ambos partidos coinciden. Lo expresarán con palabras diferentes, más o menos cargado de bombo, más o menos floreado, pero tanto PP como PSOE beben de las mismas fuentes del capitalismo y del neoliberalismo. Se turnan en el gobierno de la nación, de las nacionalidades, de las regiones, de las diputaciones y de los ayuntamientos para que parezca que todo cambie sin cambiar nada, según la fórmula lampedusiana. Y cuando su vida política se acaba, no van a dar al mar como en las coplas de Jorge Manrique, sino a los pesebres de Telefónica, Gas Natural, Tabacalera y otras empresas que ellos privatizaron y entregaron a amiguitos del alma o de pupitre. La Habana es Cádiz con más negritos y el PSOE es el PP con menos gritos.

Evaristo Torres Olivas
 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Más claro, agua. Las diferencias entre el Psoe y el PP son como entre un pastor alemán y un pastor belga...

Lo importante es que siempre te muerden.

Anónimo dijo...

36hgnort"Cadiz es la Habana con mas salero"
Como el que tu tienes ¡valiente!