Hay elementos que tienen la rara habilidad de vivir del cuento sin que se les caiga la cara de vergüenza. No tienen sentido del ridículo. Ninguno. Como Vicente Larred. Lo suyo tiene mérito, mucho mérito. En una ciudad grande se puede pasar más desapercibido pero en Teruel todos conocen la trayectoria de los demás. Y la de Vicente Larred no es para figurar en ningún libro Guinness. Ni siquiera en la revista de su barrio. Y si me apuran, ni en el álbum de familia. Y con esos antecedentes lleva libando de la ubre común (para no utilizar siempre lo de chupar de la teta pública) muchos, muchos años. De ahí que lo suyo tenga tanto mérito. Desde que su partido ya no gobierna, Vicente ha vuelto a agitar las banderas de los sindicatos y a asistir a las manifestaciones y protestas que había abandonado durante los años en los que José Luis Rodríguez y Marcelino Iglesias campaban por sus fueros en España y en Aragón. Y Vicente, para compensar los años de ausencia, ahora se pone cualquier pegatina que encuentra. Le da lo mismo CCOO que UGT y si le dieran una de Phoskitos o de pinturas Titán también se la pondría. Siempre que pudiera obtener algún rédito personal. Para eso hay que valer. No todo el mundo tiene lo que hay que tener para después de tantos años de ausencia, volver a los ruedos de la protesta ciudadana como si nada hubiera pasado, como si el partido de Larred, el PSOE, ninguna responsabilidad tuviera en la situación en la que nos encontramos. Sería yo un imbécil si acusara a Larred y a otros políticos de cuarta regional de tener una parte activa en la generación de la crisis. Lo cual no significa que no tengan ninguna responsabilidad. Se puede hacer mucho daño cuando se obra por servilismo y por ignorancia. Y de esto, muchos de los socialistas obreros españoles de Teruel poseen grandes cantidades. Se mueven por intereses personales: ocupar puestos de poco trabajo y mucho salario. Y para ello siguen las consignas de “la central” al dedillo. Si te ordenan ir a las manifestaciones, se va; si la consigna es que no, no se va. A Larred ahora le han ordenado que vaya. Y va de rojo y con las pegatinas del sindicato del partido, UGT y con las del sindicato de la parentela, CCOO. Hay que tener todos los flancos cubiertos.
Evaristo Torres Olivas
Más rojo no puede ser Vicente Larred: pegatinas de los dos sindicatos y camiseta colorada
2 comentarios:
Con lo que cobra este señor por no hacer nada, hay para pagar a dos maestros.
Hace poco tiempo me comento un amigo socialista que muy conocido en la sede del psoe de teruel por llevar tiquet de muchas terrazas y bares de teruel. Para que los paguen con las cuotas de todos.los cuales la mayoria son de cubatas y copas. En fin este es un cara y con su pasat alto de gama se queda si metalizado y con muchos extras.
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