“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 11 de julio de 2012

Torpeza

Nos guste o no nos guste, la buena publicidad tiene un enorme poder para incrustarnos en el cerebro mensajes de todo tipo. Desde incitarnos a comprar una determinada marca de refresco, hacernos creer que con un yogur y un agua mineral adelgazaremos doce kilos en dos días o que con el método English for Idiots, hablaremos el idioma de los grandísimos hijos de la Gran Bretaña en diez días. Pero también hay una mala publicidad que en lugar de hacernos desear un producto nos produce todo lo contrario. A esta última categoría pertenece la noticia que publicaba el día 3 de julio el Diario de Teruel en la sección de deportes. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Jamón de Teruel, va a regalar un jamón a cada uno de los 23 jugadores de La Roja. Mayor torpeza es imposible imaginar. El lumbreras al que se le ha ocurrido la idea merecería ser condenado a no comer más jamón en toda su vida y en su lugar obligarle a ingerir toneladas de mortadela de olivas. La publicidad no consiste solamente en que se hable de algo (es falso eso que dicen de que lo importante es que se hable de algo o de alguien, aunque sea mal). Debe transmitir un mensaje positivo. Se recurre al humor, a los sentimientos, a la belleza, a las buenas obras. Especialmente hay que tener cuidado con los productos para la salud y para la alimentación. Imaginen que una clínica especializada en operaciones de la vista por láser se hiciera propaganda ofreciendo diez operaciones gratuitas a las diez personas más ricas de la ciudad o que el Flan Chino Mandarín se ofreciera para suministrar sus productos gratuitamente a los tres colegios más caros de Madrid durante un año. Pues eso es lo que han hecho en el Consejo Regulador: regalar un jamón a los que más tienen, a unos jugadores que se embolsan una millonada y a los que un jamón, sea de Teruel o de Jabugo, no es algo que les solucione nada. Si lo que querían es unir el jamón de Teruel con los éxitos de la Eurocopa, lo podían haber hecho con algo más de imaginación: 23 jamones de Teruel, uno por cada jugador de la Selección, más otros cuatro por los cuatro goles, serán entregados a Cáritas o a cualquier otra organización que atienda a personas necesitadas, para que celebren el éxito de los futbolistas. Esa sí sería publicidad buena. 

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues sí, no podemos sostener una sociedad donde quien más tiene más se lleva, sea de una manera u otra.

No sólo es injusto, también irracional.