Políticos de garrafón

A veces, el Diario de Teruel nos hace regalos maravillosos. Unos artículos impagables. De los dos mejores púgiles que tenemos en Teruel. A la izquierda, y con calzón colorado, Vicente Guillén (lo de izquierda es solamente una indicación espacial y no ideológica ya que don Vicente es tan de izquierdas como Rouco Varela). A la derecha, y con falda azul, doña Ana Marín Pérez (doña Ana sí es tan de derechas como  Esperanza Aguirre). Llevan unos días lanzándose puñetazos en las páginas del Diario. Unas tribunas marrulleras, sucias, carentes de estilo, henchidas de mala baba, llenas de faltas, cargadas de tópicos. No se trata de dos ignaros ignotos. Ignorantes sí, pero no desconocidos sino que hace tiempo que los turolenses los  tenemos calados. Guillén es el jefe de jefes del PSOE de Teruel. Marín es la eminencia gris del PP de Teruel. Claro que para ser mejor que Arrufat y Mayte Pérez, en un caso, o Pobo y Blasco, en el  otro, sirve cualquiera. Las puñaladas traperas que se asestan tienen su origen en la minería aragonesa. Ambos, Ana y Vicente, se creen expertos y tildan al otro de no tener ni puñetera idea. Cada uno de ellos le lanza a los morros del otro a sus ídolos más queridos. Doña Ana no le menta  la madre a don Vicente pero sí a Zapatero y don Vicente, para equilibrar la cosa, se acuerda del bigotes Aznar y del cellano Lanzuela. No hay en sus puyazos ni un gramo de argumentación inteligente. Ni uno. Por el contrario, tenemos abundancia de cacareo de gallinero, graznido de patio de vecinos y rebuzno de cuadra. Número de circo con cuchillos lo llama el moderado Toni Losantos en el Diario de Teruel. ¿Nos merecemos estos políticos de garrafón? ¿Es este el máximo nivel que podemos esperar? No estamos hablando de novatos: Guillén acumula muchos quinquenios en la política y Marín también lleva lo suyo dando la tabarra.  Habrá que darles la razón a los que dicen que PSOE y PP son lo mismo. Guillén y Marín se han  formado en las mismas madrasas de la mediocridad, han cursado los mismos posgrados en incompetencia y han bebido en las mismas fuentes de aguas corrompidas.

Evaristo Torres Olivas