En otro asalto marrullero del combate que mantienen don Vicente Guillén y doña Ana Marín, el pasado día 5 de julio escribía don Vicente en las páginas del Diario de Teruel: “He leido con curiosidad, lo admito, el artículo que la otrora Secretaria de Libertades Públicas del PP, ahí es nada, y actual Diputada Regional de ese Partido, Dña. Ana Marín Pérez escribe en el Diario de Teruel”. Con esas palabras empieza su artículo. Y en menos de tres líneas, cinco faltas de ortografía. Vicente Guillén Izquierdo. Licenciado en Filosofía y Letras. El resto de su escrito sigue, más o menos, con el mismo número de faltas por metro lineal. Para que se hagan una idea de la gravedad del asunto, que un licenciado en letras tenga tantas faltas es como si un mecánico de coches dejara sueltas las tuercas de los tornillos de las ruedas o que un médico le recomendara a un diabético ingerir diariamente un kilo de azúcar. Un desastre que acabaría con la vida del conductor y la del enfermo. Don Vicente quiere acabar con la vida del idioma. Debería ser lo contrario. Un político, y más si ha cursado una carrera de letras, debería dar ejemplo, en sus intervenciones públicas, del buen uso de la lengua. Pero no crean que don Vicente destroza el idioma a propósito. No. Ignora que es ignorante. Él se cree el fénix de los ingenios. Y como en el país de los ciegos, el tuerto es rey, en el PSOE de Teruel don Vicente reina a sus anchas desde hace muchos, demasiados años. Si don Vicente es incompetente en las materias que ha estudiado, aún lo será más en las que no ha recibido formación. ¿Podemos llamarle irresponsable por querer desempeñar tareas para las que no está capacitado? No. ¿Por qué? Porque don Vicente no es consciente de que actúa irresponsablemente. Los que le rodean le están dando constantemente palmaditas en el hombro y diciéndole lo guapo que es y el tipo que tiene. Los maestros y los psicólogos saben que no se deben reforzar los comportamientos negativos. Incluso en el circo, a las focas y a los perros solamente se les da una sardina o una galleta cuando hacen bien las cosas. Vicente Guillén es el producto de una mala educación.
Evaristo Torres Olivas
Resultados de una mala educación
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