Carmen Pobo (VI)

Soy cotilla, chafardero y cazoletero. Me gusta enterarme de todo lo que hacen y dicen mis empleados. Mis empleados son los políticos. Cada mes, con mis impuestos y los de otros ciudadanos, les pagamos el sueldo religiosamente (no sé por qué se utiliza esta expresión con significado de puntualidad y exactitud cuando las iglesias son poco amigas de pagar y muy aficionadas a eludir impuestos y pedir a la grey que ponga la cruz en la casilla de la renta; negocio, el de la cruz, del que llevan viviendo como curas desde hace más de dos mil años). Mi curiosidad malsana me ha llevado durante estos días de tambor y procesión – tradiciones a las que soy tan poco aficionado—a husmear por la red de redes. Y he encontrado un video que es una joya. La prota es doña Carmen Pobo, nuestra presidenta de la Diputación de Teruel. Ya le dediqué cinco columnas recientemente pero la calidad del nuevo hallazgo bien se merece una sexta entrega.  El video se puede clasificar en la categoría  de cháchara insustancial de político ignaro, género en el que doña Carmen sobresale. Hay gustos para todo, pero  me atrevería a afirmar que supera a su antecesor en el cargo, el ilustrísimo censor magnífico don Antonio Arrufat Gascón. La grabación dura cuatro minutos. Escuchen atentamente el discurso de nuestra presidenta provincial, un discurso que debería figurar en la antología de los peores discursos de la historia y ser de obligado estudio en las escuelas de negocio y academias de oratoria, como ejemplo de lo que nunca debe hacerse. Pongan especial atención a partir del minuto y medio para no perderse las palabras de doña Carmen que reflejan un pensamiento tan profundo que bien merecen ser escritas en negrita y con letras gordas: Invertir en trabajadores que trabajen y realicen bien su trabajo es invertir en inversión. Hay que tener mucho talento y muchos años de experiencia para llegar a esa conclusión. ¿Se imaginan qué pasaría si se invirtiera en tres tristes trabajadores que no trabajasen ni realizasen bien su trabajo? ¿Y si en lugar de invertir en inversiones se invirtiera en excursiones y en diversiones? Pues que seguramente lo televisarían por la televisión y lo radiarían por la radio.

Evaristo Torres Olivas