Furrufalla

Ya tiene el PSOE nuevo comandante en jefe: Rubalcaba. RbCb. El sucesor de Zapatero. Zp. Al igual que me tragué el discurso de Zapatero, también lo hice con los de don Alfredo y doña Carme. Enteritos. De la cabeza al rabo. Rubalcaba es un buen orador. Bueno. Sabe entonar y modular la voz y sus gestos son naturales. Chacón la pifió. Aparte de los gallos, su estilo mitinero y panfletario no eran los apropiados. Los gestos, fabricados. Una actuación histriónica la de doña Carmen. Pareciera que se desgañitaba para abroncar a los suyos. Una mala imitación de Scarlett O´Hara en Lo que el viento se llevó: a Dios pongo por testigo……Y a Chacón la han mandado a tomar viento fresco. Uno, buen comunicador, pésima la otra, pero el discurso de ambos mera furrufalla. Que si el PSOE es un ejemplo de democracia, que si qué guapos somos y qué tipo tenemos. Y fíjense qué democracia hay en el PSOE que los delegados en el congreso han rechazado la propuesta de elegir al Secretario general por sufragio universal. Claro que bien mirado, no es de extrañar. Consultarles eso a los delegados es como preguntarle a un torero si es partidario de prohibir las corridas. Cualquier sistema es tan fuerte como la más débil de sus partes. Cualquier sistema está viciado si una sola de sus partes está viciada. Y cualquier sistema es antidemocrático si una sola de sus partes es antidemocrática aunque todas las demás sean un ejemplo de democracia. Los 956 delegados que representan a los 250.000 afiliados del PSOE son elegidos por un sistema que no es democrático. Pero es que además, tampoco votan en el congreso lo que los militantes han propuesto en las asambleas locales sino que los delegados votan lo que les da la gana. Es decir que a Rubalcaba lo han elegido menos de 500 personas. Sería como si en las elecciones generales en lugar de votar cada ciudadano, en cada pueblo fuera solamente una persona la que votara y su voto, el que le saliera de sus santas partes, fuera el que representa a todo el censo municipal. Y claro, quien disfruta de ese privilegio no va a ser tan imbécil como para renunciar a él. Vamos, que al dueño de la carnicería no se le pregunta si prefiere la carne o el pescado.


Evaristo Torres Olivas

Con esos gestos amenazadores perdió doña Carme

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