Evaristo Torres Olivas
lunes, 9 de enero de 2012
El canuto y la o
Una amiga me reprochaba hace unos días que critico a algunos políticos porque tienen poca formación y me preguntaba que quién me creía yo que era para descalificar así a las personas. Reconozco que esta opinión de mi amiga me hizo reflexionar. Es cierto que en más de una ocasión he cuestionado la preparación de algunos de nuestros representantes. Por varios motivos. El primero porque durante años me he dedicado profesionalmente a la selección de personal y sé la relación que existe entre el contenido de un puesto de trabajo y la cualificación y experiencia que deber reunir el ocupante de ese puesto. Algo está mal definido si, por ejemplo, para un puesto de jefe de finanzas pedimos una formación de auxiliar administrativo y tres meses de experiencia y para un mozo de almacén exigimos una formación de ingeniería industrial, especialidad de organización, y quince años de experiencia en un puesto similar. Pues eso que chirría en cualquier empresa, en la política parece que no importa. Y esto me da pie para hablar del segundo motivo: cuanto más se adecuen la experiencia y formación del ocupante a las exigencias del puesto, será más eficiente y más productivo y se obtendrán mayores beneficios para el conjunto de los ciudadanos que pagamos el salario de ese político. Y en tercer lugar, porque entiendo que los ciudadanos tenemos el derecho a conocer las características de nuestros elegidos y no solamente su nombre en una papeleta. Hay mucha más información sobre un modelo de coche o un molinillo de café que sobre los políticos. Comparen por ejemplo la ficha técnica de una lavadora cualquiera y la ficha técnica de los políticos de la Diputación Provincial que aparece en su web. Supongo que estaremos la mayoría de acuerdo en que debería tener mucha más trascendencia para nuestras vidas elegir a un buen político que un buen molinillo de café, una buena lavadora o un buen coche. Pero los partidos no lo entienden así y tal como comentaba hace unos días, citando a Antonio Miguel Carmona, nos encontramos en muchas ocasiones con políticos que no saben hacer la o con un canuto, personas con poder pero sin capacidad. Y si se tiene una persona poco preparada para desempeñar un puesto, pueden pasar tres cosas: que como no sabe, no haga nada; que haga lo que le dicten otros; que tome decisiones sin criterio, acertando alguna vez, y cagándola la mayoría. Así nos va.
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A estacazo limpio
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2 comentarios:
También puede ocurrir que tenga la preparación más adecuada y exquisita en función del cargo público que va a ocupar y la cague de todas las maneras deliberadamente, por intereses partidistas, presiones de banqueros y/o especuladores, las vergonzosas "razones de estado", por intereses personales, para pagar deudas propias o del partido con terceros, etc, etc, etc... .
Una formación adecuada para cada cargo político se traduciría en que el aspecto exterior de la política luciría un poco mejor. Es decir, que se nos rieran en la cara un poco menos poniendo al frente de una consejería de agricultura a un ingeniero agrónomo y no a un registrador de la propiedad, p. ej.
Pero ahí acaba el recorrido.
Como es sabido, el señor De Guindos tiene un buen currículum profesional en trabajos directamente relacionados con la economía (también trabajaba para Lehman brothers...), ¿va a hacer eso que tome las decisiones correctas? O dicho de otra manera, ¿va a intentar beneficiar con su gestión a la mayoría de la población española?
Sabemos demasiado bien que no, que ni se lo plantea.
Evaristo, dile a tu amiga que "te consideras normal pero que cuando te comparas...eres un genio". Ya lo hemos comentado muchas veces: sólo se exige decir sí al poder del partido. ¿Cómo puede tu amiga no exigir que nos gobiernen los mejores? ASÍ NOS VA.
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