Payasos

En francés, inglés y alemán, se utiliza la misma palabra para decir jugar y representar o interpretar: jouer, to play,  spielen. En numerosas ocasiones, he escrito que la política es una comedia. Pero en español, jugar y representar o interpretar utilizan palabras diferentes (decimos jugar un papel pero se trata de un galicismo). La verdad es que nuestros políticos juegan con nosotros, en el sentido de que nos tratan a los ciudadanos sin ninguna consideración y sin ningún respeto. Y también son unos pésimos actores de farsas. Unos farsantes. La política es puro teatro. O circo. Como malos imitadores de Fofó o de los hermanos Tonetti que son, los políticos nos endiñan unos espectáculos  infumables. Lo he podido comprobar durante estos días de campaña. En los periódicos, en las televisiones y en los mítines, los políticos se ponen a caer de un burro pero en la calle se abrazan, se ríen juntos y se tratan cariñosamente. A fin de cuentas, son colegas, miembros de un mismo gremio, el de la farándula. Y seguramente, si algún día se crea un sindicato de políticos, los podremos ver juntos sosteniendo la pancarta para pedir aumento de sueldo y el mantenimiento de sus pensiones y de su poder adquisitivo. El mismo Zapatero lo ha dejado bien claro en una entrevista al hablar de su afecto por Rajoy, con quien mantiene “más reuniones en privado de las que se saben” y tiene “buena relación a pesar de que veces nos damos leña fuerte”. Según cuenta el periódico, hasta puede que sean medio primos:"Tenemos una buena relación que además tiene algo que ver con nuestras familias", agrega el presidente del Gobierno, quien recuerda que Rajoy vivió unos años en León porque su padre estuvo allí destinado y tenía cierta amistad con el padre de Zapatero”. Ya ven, sobre las tablas se llaman “tontos de los cojones” y se dicen “es para matarlo a hostias”, y en cuanto se quitan la pintura blanca de la cara o la nariz colorada, se van de copas juntos. Como los hermanos Tonetti, o Fofó, Gaby y Miliki, quienes se tiraban tartas a la cara en público, para deleite de los niños, y después se repartían las ganancias como buenos hermanos. Puro juego. El Gran Circo de la Política.

Evaristo Torres Olivas

¿Cómo están ustedes?