“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

domingo, 15 de mayo de 2011

La desconfianza

Llevaba unos días con problemas en el blog. No me dejaba publicar nuevas entradas y se han eliminado algunas de las antiguas. Lo primero que pensé fue que Arrufat y Guillén atacaban de nuevo. Si me habían prohibido escribir en el Diario de Teruel, si habían eliminado el foro de mi pueblo, nada les impediría sabotear mi blog. Es lo que tienen los enemigos de la libertad de expresión: empiezan con cosas pequeñas y poco a poco aumentan sus ansias de prohibir. Les pasa como a los chorizos, que se inician en el oficio robándole una moneda a su abuela y acaban atracando un banco o asaltando el tren de Glosgow. Y es que todos los vicios crean adicción y el día en  que no se  tiene la dosis de tabaco, el lingotazo de cazalla o la ración de prohibir que otros se expresen, entra el mono, el comecome, el deseo apremiante, el síndrome de abstinencia. Tal vez, al igual que en las cajetillas de tabaco se dice que fumar crea adicción, no estaría de más que se advirtiera a los jóvenes aspirantes a políticos de que el ejercicio de la  política perjudica gravemente a la libertad de expresión de los que están a su alrededor. O que prohibir durante el embarazo perjudica a la libertad de su hijo y a la de los hijos de sus vecinos, amigos y conciudadanos. Tenemos estudios científicos que no admiten dudas: cuarenta años de dictadura franquista dieron a luz a millones de niños con serios problemas congénitos: carecían de órganos de expresión. En la niñez esa carencia no se apreciaba pero conforme iban creciendo, el problema era más evidente. Con la llegada de la democracia, se tomaron medidas para corregir el defecto aunque a muchos les han quedado secuelas. Tienen tanto miedo, que no se atreven a expresarse libremente. En el problema de mi blog no han tenido nada que ver Arrufat ni Guillén. Es lo malo de  tener antecedentes. Cuando a uno le roban, en el primero que piensa es  en el que le robó la vez anterior. Podrá ser injusto, pero es que una vez que se pierde la confianza en alguien es difícil recuperarla. Y yo a Guillén y a Arrufat no les tengo ninguna. Están muy enganchados al vicio de prohibir y se puede  esperar de ellos cualquier cosa.

Evaristo Torres Olivas



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Arrufat, Guillén, Velasco y Pérez están ENDIOSADOS, han subido las escaleras muy rápido y se han apalancada a la derecha del padre.
Dicen que unas veces se sube y otras se baja. Espero con ganas el momento de verlos bajar.

Anónimo dijo...

Cuando bajen, otras personas subirán iguales o peores que ellas.
El problema no es la persona, sino que una vez en el poder nadie puede cesarlos ni exigirles cuentas de manera efectiva. Por nadie me refiero a toda la población.

Vivimos una huida hacia adelante del capitalismo, donde todo bienestar social de la población y todo valor medioambiental va a acelerar su sacrificio para seguir aumentando el beneficio anual de los multimillonarios. Los políticos son la correa de transmisión de los dueños del dinero, por eso, para cumplir la función de apretarnos las tuercas, no se necesita gente lista ni formada, tan sólo indivuos capaces de obedecer órdenes... a cambio de una buena vida y unos ingresos sustancialmente mayores que los del pringado medio.