“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 30 de mayo de 2011

Caca, culo

Para que vean el nivel de doña Mayte y sus secuaces, nada mejor que seguirles la pista por tierra, mar y aire. Van por la vida, por los periódicos, televisiones y radios, fingiendo que son “políticamente correctos”: ciudadanos y ciudadanas, compañeros y compañeras, votantes y votantas. Pero como la cabra siempre tira al monte, y la puncha pincha desde que es punchica, hasta a los que fingen ser más decentes, se les escapa un pedo. Y en el facebook de doña Mayte tenemos un buen repertorio de caca, pedo, culo, pis. Me había avisado un lector de mi blog de que en el facebook de la señora Pérez, don Francisco Láraro Polo me ponía a caldo. Yo entraba y no leía nada. El lector insistía en que aparecía dicho texto. Finalmente pude descubrir el misterio: habían bloqueado mi dirección de facebook para que no pudiera leer los mensajes de don Francisco. Me bastó con entrar con otra cuenta para leer los comentarios. Aquí va la transcripción: “Francisco Lázaro Polo: Haces bien, Mayte, como los poetas, como aseguraba Rafael Alberti, los políticos debéis estar en la calle, con el pueblo, al que pertenecéis. Por cierto, anda por ahí un subnormal que le jode que me guste lo que dices y escribes en el facebook. Pues sabes lo que te digo. ¡Que le den mucho por el culo!”. Mayte Pérez: “ Pues eso! Seguro que no merece la pena! Un abrazo, por cierto, que tal tu muela?”.“Francisco Lázaro Polo: De cojón”. Ya ven el talante de un director de la Uned de Teruel y profesor, además de veleta, que hoy es pepero, al día siguiente bielero y dos días más tarde sociata de la corriente guillenista. No quiero perder más  tiempo contestando a semejante energúmeno, cuyo cerebro, como decía Quevedo, está “en poder de las uvas”. De la mala uva. Me limitaré a acompañar una carta que le dirigí a don Francisco hace más de tres años, cuando en el Diario de Teruel me puso a caer de un burro por defender a José Antonio Labordeta, a quien el señor Lázaro consideraba un perroflauta. La carta nunca la publicó el Diario de Teruel: permitió que Lázaro Polo me cubriera de mierda pero se negó a que le pudiera replicar. A la vista de los resultados posteriores, el periódico ya apuntaba maneras en el respeto a la libertad de expresión.


Carta a Francisco Lázaro Polo (enero de 2008)
Don Francisco, no es bueno convertir la boca en ojete. Se puede discrepar, argumentar, hacer uso de metáforas, sinécdoques, retruécanos y otros tropos; ser irónico, cáustico, mordaz e incluso procaz, pero nunca largón e insultón Yo no sé si vuestras palabras del pasado domingo las “hicisteis con ayuda”, pero recordando a Quevedo, “según están de cagadas, más valdrá que tengáis muda la lengua en las suciedades”. Usted es un hombre conocido en Teruel: profesor, escritor, periodista y más cosas que he podido leer en la red de redes. Seguro que le sobran redaños y argumentos para polemizar con un mindungui de pueblo como yo sin necesidad de recurrir al insulto, la descalificación o al vómito sanguinolento. Aunque de sus palabras se pueda deducir lo contrario, yo creo que es usted un hombre de bien, amante de la libertad y de la democracia. Decirme “Evaristo que te han visto”, me hace esbozar una sonrisa al recordarme mis años de infancia cuando esa frase me la repetían a diario. Que me llame “peligroso activista y militante fanático” es algo que solamente podía esperar de un malnacido pero nunca de un profesor de instituto a quien los padres confiamos la educación de nuestros hijos. Calificar a alguien de indiano por ser hijo de un emigrante que a su jubilación había ahorrado lo suficiente para construirse una vivienda de noventa metros en un pueblo de Teruel de menos de 1000 habitantes, es propio de un ignorante tonto del culo, pero no de un especialista en lengua y literatura. Deducir que pretendo una columna porque envío cartas al Diario, es una memez inesperable de un escritor. Deseo que cuando usted escriba de barojas y azorines, de villuendas y campeadores, recurra a mejores fuentes que las utilizadas para escribir su libelo del pasado domingo. De lo contrario, me veré en la obligación de recordarle algún otro verso escatológico de su tocayo Quevedo.
Un abrazo, mon semblable, mon frère.


Evaristo Torres Olivas

 Haga clic sobre este texto y lea el comentario que hice el 18 de abril sobre Lázaro Polo. Yo le llamo señor y él me llama a mí subnormal





4 comentarios:

Anónimo dijo...

Realmente el nivel intelectual de Maite Pérez es nulo, pero mientras tanto, ella, Velasco, Larred e Ibañez, pues eso, a HACERSE VIEJOS Y PONERSE GORDOS en la Cortes de Aragón.

Anónimo dijo...

Yo tuve un profesor con la boca negra como este señor, si te pillaba hablando con el compañero o haciendo alguna cosilla que no se debía, se le hinchaba la vena y te insultaba que parecía que se te iba a comer. Vaya mierda de profe que nos tocó, enseñaba poco y mal.

Cómo es posible que alguien que se dedique a la docencia escupa en un diario o en la red estos insultos y que inspección de educación, sindicatos o sus propios compañeros no le echen el alto. Es más, le dan un premio y lo hacen director de la Uned.

Quizá no falle tanto el sistema educativo como las personas que lo componen. Una pena…

Anónimo dijo...

Este Lárazo Polo, ¿es uno que primero se hizo del PAR y luego se pasó al PP?

Anónimo dijo...

Evaristo, ahí te va el comentario anterior con un par de correcciones lingüísticas (se me habían colado dos gazapos). El primero lo puedes borrar. Grazie mille.

Dicen que la mejor medida de una persona la ofrece el nivel de sus enemigos (aunque yo prefiero quedarme con el de sus amigos) así que yo me pregunto: ¿qué hace el gran Evaristo, perillán y fino moledor, intercambiando estoques con el eminente erudito local? Sal de la ciénaga cuanto antes si no quieres verte salpicado y recuerda: Nunca discutas con un tonto; podría no notarse la diferencia.