Palomo cojo

Un viejo proverbio inglés afirma: Birds of the same feather flock and fly together. Traducido literalmente significa que los pájaros de la misma pluma se agrupan y vuelan juntos. Hay otro español que dice que dios los cría y ellos se juntan. Cualquiera de los dos, el de las plumas de pájaros o el de las  creaciones divinas, sirve para explicar la presencia, juntos en una misma página del Diario de Teruel, de Vicente Guillén, capitoste del PSOE de Teruel y Ana Marín, vocera del PP local. Dos pájaros de cuidado. O de mal agüero. Ambos tienen idéntica pluma para destrozar el idioma; el mismo estilo insultante e insultador, parecida sintaxis defectuosa, similar ortografía del yerro y del gazapo. Semejante actitud rastrera y servil hacia sus amos y calcada cara de perro rabioso frente a los del otro partido. Guillén opina que Zapatero no es un pato cojo sino un patito feo: “aquél patito feo que rechazado en su corral encontró cariño en los suyos y llegó a ser feliz, aquél patito feo al que poco importó nacer en el corral de los patos, porque él salió de un huevo de cisne”. Juro por mis muertos más recientes que estas chorradas y otras aun más gordas las ha escrito, tal cual, Pascual, uno que se dice licenciado en Filosofía y Letras y es diputado en Madrid. Si para Zapatero rechaza el apelativo de pato cojo, a Aznar le endiña el de oca coja. Ana Marín que, al igual que Guillén, es ágrafa en dos idiomas, no se limita a escribir mal en español sino que escribe una sola palabra en inglés con dos faltas de ortografía: Good Bye. De la ministra Chacón opina, sin ningún fundamento, que es una “reconocida independentista”. Por eso no es extraño que aparezcan juntos en la misma página del Diario de Teruel; se trata de pájaros de la misma pluma, con el mismo estilo infame, con la misma rabia e inquina, que les incapacita para el ejercicio de la política por la falta de rigor, equilibrio, sensibilidad que debería tener cualquier gobernante. Personas como Guillén o como Marín son los que prostituyen la política. La convierten en un bebedero de patos. Si Zapatero es pato cojo y Aznar oca coja, a Vicente Guillén y a Ana Marín habría que llamarles palomos cojos. Por la pluma (la de escribir) y porque llenan las páginas del Diario de Teruel con su palomina.

Evaristo Torres Olivas