Carta a Vicente Guillén

Don Vicente, le escribo en este blog que leen cuatro gatos porque en el Diario de Teruel, que leen otros cuatro gatos, usted y su segundo de a bordo en ese velero de la libertad y de  la democracia que es el PSOE de Teruel, Antonio Arrufat, me prohibieron escribir. Podría decirle que no le guardo rencor pero mentiría. Le tengo a usted mucha tirria. Y al de La Cerollera también. Podría entender que se me hubiera prohibido escribir en el Diario aduciendo motivos  de calidad pero cuando leo sus abundantes y nauseabundas tribunas en el Diario de Teruel me digo que un ciego no puede opinar sobre la falta de visión de un tuerto. Sin falsa modestia, don Vicente, comparadas con sus bazofias, mis cagadas son obras de arte. Además, en su caso, no solamente es despreciable la forma, sino también el fondo. Su bagaje democrático es bien escaso. En esto de la democracia, don Vicente, anda usted muy ligero de equipaje.  Solamente a los de su talante se les ocurre utilizar el dedazo para imponer su voluntad frente a la de los militantes, en Alcañiz. Usted, don Vicente, alaba a Zapatero pero le hace quedar como un mentiroso: don José Luis afirmó el pasado domingo en un mitin en Alcalá de Henares que se siente "íntimamente orgulloso de ser secretario general de un partido con democracia interna: Un partido donde todos sus miembros, todos, eligen a sus líderes, democráticamente y donde mi voto vale igual que vuestro voto". Espero que don Alfonso Callejero le envíe a don José Luis un informe sobre cómo se las gasta usted en asuntos de democracia interna, externa y medio pensionista. Que personajes como usted, don Vicente, tan poco democráticos, puedan campar a sus anchas por las instituciones, dice muy poco a favor de nuestra democracia. En todo caso, que tenemos una democracia a medio cocer, a la que le faltan algunos hervores y le sobran pesebristas de la ignorancia que la denigran. Como la esperanza es un derecho que tenemos los ciudadanos, yo tengo la esperanza de que los cuatro gatos que me leen se lo puedan contar a otros cuatro gatos y éstos a otros cuatro para que entre todos seamos capaces de eliminar en las urnas a las ratas que corroen los cimientos de la democracia.

Con mi más profundo desprecio,

 

Evaristo
Torres
Olivas