“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 18 de marzo de 2011

Ere que ere

Cuando voy a Madrid me gusta acudir a Casa Labra a tomarme un cacho de abadejo y una caña. Es lo que hice la semana pasada. Casa Labra está a unos metros de la Puerta del Sol. Al lado del Corte Inglés. Además de por el abadejo, este lugar es conocido porque ahí se fundó el PSOE. Una placa lo recuerda: “El dos de mayo de 1.879 en esta casa, careciendo los trabajadores de libertad para reunirse y asociarse se fundó clandestinamente el Partido Socialista Obrero Español. 2 de mayo de 1.979”. Los cien años de honradez de los que hablaban los sociatas en la Transición. Algo se ha torcido porque desde entonces llevan 31 en los que la honradez no se le ve por ninguna parte. Han perdido el pudor, la honestidad y el recato. Como si una hija amada abandona los hábitos de monja para hacerse madame en un burdel o el hijo seminarista se nos hace gigoló. Antonio Fernández, un histórico del PSOE como lo definen en los periódicos, exconsejero de empleo de la Junta de Andalucía, ha sido imputado en el asunto de los ERE en los que se han detectado beneficiarios que nunca trabajaron en las empresas que obtuvieron las ayudas. El propio Fernández preside ahora una organización que se acogió a un ERE, el Consejo Regulador de los vinos de Jerez y la manzanilla de Sanlúcar. También se acogió como trabajador en excedencia al ERE de la bodega González Byass, nada menos que con una antigüedad en la empresa coincidente con su fecha de nacimiento. Un trabajador precoz, don Antonio. Pero eso no es todo. Otros dirigentes socialistas, no sé si históricos o prehistóricos, también han hecho de las suyas con el dinero público. Javier Guerrero, exdirector general de Trabajo, quien entre otros muchos intrusos metió a su suegra. O Juan Lanzas que se incluyó él mismo en un ERE y también a su mujer y a una cuñada. Y algunos más. Todos pertenecientes a los cien años de honradez y treinta de deshonra. Pero no pasa nada. Como dice Susana Díaz, secretaria de Organización de PSOE andaluz, “Antonio Fernández estamos seguros que va a poder defender perfectamente su inosencia [sic]”. Honradez a prueba de bomba.

Evaristo Torres Olivas

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