“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

sábado, 12 de febrero de 2011

Pesetas a duro

Los capullos de la rosa y el puño han vuelto a las andadas. En la página web del PSOE aparece un video zafio, con la misma zafiedad de todos los videos del PSOE. Vemos a  Mariano Rajoy haciendo el ridículo: una periodista coloca la alcachofa delante de la las narices de don Mariano y éste no sabe qué decir, se hace un lío con el aparato para miccionar y copular. Uno de esos videos que colgados en You Tube nos hacen esbozar una sonrisa y animan las conversaciones de los bares mientras tomamos un café a media mañana. El PSOE tiene muchos de esos porque Zapatero, Pajín, Blanco y la añorada Bibiana Aido han sido, son y serán una mina para los aficionados a las meteduras de pata, chorradas, sandeces, majaderías, desatinos y despropósitos. Lo chungo de ese video es el mensaje final que colocan los cerebros mononeuronales del PSOE: "La productividad de Rayoy, ¿vale 200.000 euros?”. En estos días, desde que la Merkel pasó revista a sus tropas díscolas en el cuartel de la Moncloa y exigió vincular los salarios a la productividad, se ha abierto el melón de los salarios y los periódicos nos han obsequiado con lo que cobran nuestros políticos. Y en el Congreso se está hablando de revisar los privilegios vergonzosos y escandalosos de que gozan sus señorías. Estamos en periodo de elecciones y hay que montar el circo. Ya verán cómo la revisión queda en nada o en la puntita solamente. Tal vez la productividad de Rajoy no valga 200.000 euros. Ni la de Aznar ni la de González justifican el sueldo vitalicio que les pagamos. Pero el PSOE debería echar un vistazo a su casa antes de meter las narices en las de los demás. Les propongo un ejercicio sencillo: tomen la lista de nuestros senadores y diputados por Teruel. Vean, si es que pueden, porque ya se encargan ellos de ocultarlos, su formación y experiencia profesional. Se encontrarán con maestros que no han cogido la tiza en su vida, a estudiantes de cuarto de primero de Derecho, a uno que dice tener dos carreras pero por cómo escribe y cómo se expresa parece que le regalaron los títulos. Y repasen, sobre todo, su contribución, su productividad, durante el tiempo que llevan en política. Calculen el cociente entre lo producido por estos parlamentarios y los insumos, los recursos empleados (salarios, dietas, pensiones, chollos y bicocas). No es que su productividad sea baja; sencillamente son ineptos e improductivos. Como el que compra melones a duro y los vende a peseta y dice que lo importante es ir trapicheando.

Evaristo Torres Olivas

3 comentarios:

Abogado dijo...

El de las dos carreras será porque dice el majadero que ha hecho Filosofía y Letras.

Anónimo dijo...

Culpable:el sistema de partidos que tenemos.
En las dictaduras comunistas de partido único la selección era negativa, llegaban y escalaban puestos los peores. Aquí como en nuestra famosa transición se les dió tantísimo poder a los partidos que pasa, no tanto pero bastante como allí con el partido único: los peores de cada clan son los que lleguen a puestos para los que ni están preparados, ni dan la talla moral ni intelectual. Como dijo aquel "el que se mueve no sale en la foto". Pues eso.

ARB

Anónimo dijo...

Si un político cobrara, como máximo, el salario mínimo interprofesional, los pocos quedaran ya habrían subido éste en el 78.
Como no tenemos ningún control sobre lo que hacen, más que agitar el bombo/voto de qué grupo de entre ellos va a pillar más cacho en esta ocasión, es normal que trinquen por lo legal y por lo ilegal. Ninguno de ellos quiere pasar por tonto entre los colegas.
Si los tenderos hicieran como los políticos, la situación vendría a ser que pagaríamos 50 euros por una lechuga semi-putrefacta y una barra de pan de hace dos semanas... y nos parecería abusivo e inaceptable.
Como son políticos, nos quejamos un poquito y a verlas venir.

Saludos