Publiqué hace unos meses en este blog una columna que titulaba Mentirosos, cojos, Lanjarón y Bezoya (Ver archivo del blog, agosto de 2010). Escribía entonces: “El PSOE ha tardado seis años en aprobar un anteproyecto de Ley de Transparencia y Acceso de los Ciudadanos a la Información Pública, que se espera entre en vigor en el 2011”. Lo había prometido en su programa electoral del 2004. Pues bien, hoy publica un diario que “el Gobierno entierra la Ley de Transparencia”. No verá la luz en esta legislatura y eso que era una prioridad para Zapatero y que somos de los pocos países de la Unión Europea que no tienen regulado el acceso de los ciudadanos a la información de las administraciones. A nuestro presidente le gusta sacar pecho, decir que España debe jugar en la primera división, quiere estar en el G-20, codearse con Obama de tú a tú y decir que superamos a Italia y que pronto superaremos a Francia y a lo que nos echen (bueno, esto último ya no lo dice para que no lo incluyan en el grupo de los G-Lipollas). Puesto que a nuestro presi le gustan las comparaciones, también debería tener en cuenta que de los 27 países de la UE, las únicas “grandes potencias”, además de España, que todavía no tienen una Ley de Transparencia son Grecia, Chipre, Malta y Luxemburgo. Será que don José Luis no cree relevante que España, en materia de transparencia, no juegue en la Champions sino en la Tercera división de los más corruptos de Europa. (Ver informes de Transparency International). Tal vez la meta que persigue Zapatero sea superar a Italia, no solamente en PIB por habitante sino también en corrupción. Y ahí la cosa está más difícil. Los políticos italianos tienen una larga tradición en el arte de sisar, trincar, mermar, sesgar y escamotear. Para poder alcanzarlos se requerirán grandes cantidades de talante, toneladas de responsabilidad, kilos de inteligencia, arrobas de esfuerzo y una pizca de picaresca. Leyes como la de Transparencia y Acceso de los Ciudadanos a la Información Pública, además de tener un nombre largo --¡manda huevos!, es lo que menos necesitamos si queremos ser más corruptos que el país que dirige el molto onorevole presidente y Cavaliere del Lavoro, Silvio Berlusconi.
Evaristo Torres Olivas
miércoles, 19 de enero de 2011
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1 comentario:
No es para ser tan pesimista, creo.
Sin desmerecer para nada la maestría en la corrupción italiana, creo que sus discípulos de la península vecina tienen caché para hablar de tú a tú con ellos...
Salud
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