“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 21 de enero de 2011

Cinismo y vitriolo

He escuchado el discurso de Obama en Tucson. Gran orador, don Barack. Sobre todo si se le compara con lo que tenemos por estos lares. Con Zapatero, por ejemplo, que habla a trompicones. Y tampoco es que el contenido del discurso fuera nada extraordinario: ya se sabe, los americanos meten a Dios por todas partes, incluso en sus monedas y billetes. Cualquier presidente de los Estados Unidos que no mencione a Dios una docena de veces en sus discursos, lo tiene jodido. Más o menos lo mismo que sucede con los pregones de los pueblos: si a uno lo invitan a pronunciar el pregón de las fiestas y no concluye gritando viva san Roque, viva santa Quiteria o el que sea el patrono del pueblo, lo más probable es que al pregonero lo corran a gorrazos o lo remojen en el pilón. Pero lo que sí ha hecho bien Obama, con su oratoria brillante, su dominio del espacio escénico y la perfecta entonación, ha sido no echar leña al fuego ni emputecer el ambiente. Que un asesino mate a seis personas y hiera a trece, no debe servir para que los demócratas o los republicanos se acusen mutuamente. Y Omaba ha sabido encontrar el tono y las palabras adecuadas para no joder más la marrana. Todo lo contrario que han hecho los dirigentes del PP con motivo de la agresión a un consejero conservador de Murcia. En lugar de poner calma y evitar los enfrentamientos por las acciones de unos descerebrados, se han puesto a acusar al PSOE. Claro que los psocialistas no se comportan mucho mejor. Recordemos las palabras de Zapatero a Gabilondo: nos conviene que haya tensión. Entre unos y otros, de lo que se trata es de fomentar el odio y encabronar las conversaciones de los bares, para que a los españoles se nos caliente la boca y nos pongamos a insultarnos los unos a los otros. Cualquier tragedia, ya sea un asesinato de ETA, un incendio forestal o el apaleamiento de un inmigrante, sirve para descalificar al adversario político. Incluso para insultar a los votantes llamándoles tontos de los cojones. El último ejemplo de “hazaña” de un político mediocre ha sido el del presidente Camps, despreciando a la prensa olímpicamente y contando a los cómplices del PSOE y de CIU que ofender a la prensa le da votos. Cinismo, desfachatez. Vitriolo y puñalada trapera.

Evaristo Torres Olivas

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