Carta a doña Ana Marín Pérez

Espero, doña Ana, que don Antonio Arrufat nunca censure sus escritos en el Diario de Teruel, como me sucedió a mí. Si tiene dos dedos de frente, el presidente de la Diputación y censor del Diario, se habrá dado cuenta de que usted es la mejor propaganda que puede tener el PSOE, por muy Coordinadora de Justicia del Partido Popular en Teruel que usted sea. Si yo fuera responsable de los socialistas de Teruel, le pagaba trescientos euros por cada tribuna que escribiera en el Diario. Sus escritos, doña Ana, son exagerados, explosivos, catastrofistas, fundamentalistas, sin ningún tipo de argumento. Se parece usted a esa chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Sus críticas, antes que concienciar o lograr que uno se adhiera a sus tesis, lo que consiguen es que el lector se descojone (o su equivalente femenino), de risa. No es usted la única, sino que tiene a los del Foro Independiente, que no sé si son maestros, discípulos o imitadores suyos, que siguen su estela incendiaria. Alguna vez he pensado que, tanto usted como ellos, son en realidad agentes del PSOE infiltrados en otros partidos con la misión de destrozarlos. Cualquier ciudadano que no esté muy contento con la gestión de los socialistas pensará que si la alternativa son personas como Ana Marín, virgencita, virgencita, mejor quedarse con lo que tenemos. Si fuera cierto que es usted una agente doble, quiero decirle que usted lo borda y que Teruel se le queda pequeño. En estos momentos, los de Ferraz deberían tenerla a usted infiltrada en el Congreso o de jefa de comunicación en Génova. Es cierto que González Pons, de quien también sospecho que sea del PSOE, lo está haciendo muy bien; cada vez que abre la boca, le quita un puñado de votos al PP. Pero creo sinceramente que usted es mucho mejor. Su sentido del humor, sus astracanadas, su “lógica difusa” son mucho más dañinas para el PP que una docena de rubalcabas en estado de gracia o que cincuenta pepiños en un día de inspiración. La única rival seria que tiene es la diputada de PSOE por Teruel, doña Yolanda Casaus, que no me extrañaría nada que fuera en realidad una espía del PP empotrada en el partido que fundó--ay, si levantara la cabeza--Pablo Iglesias.

Evaristo Torres Olivas