En el deporte, el valor de las victorias y de las derrotas es relativo. Todo depende del adversario o del contrincante que se tenga enfrente. Perder ante un adversario que está en baja forma o con sus jugadores estrella lesionados, supone una gran humillación. Algo parecido sucede en la política. Perder ante los malos te hace peor a ti.
El Partido Popular, hoy en la oposición, está en baja forma: salpicado de escándalos por todas partes, en Valencia, en Madrid. Incapaz de presentar alternativas para salir de la crisis, montando broncas a todas horas, en el Parlamento, en los gobiernos autonómicos, en los ayuntamientos. Con un presidente de partido , Rajoy, sin carisma, soso, negado para poner orden en el gallinero. Con un ex presidente , Aznar, metiendo la gamba constantemente, tanto en España como en sus paseos por el mundo. Con una lideresa, Esperanza Aguirre, que sale de un lodazal para hundirse en otro.
Enfrentarse a ese equipo debería ser para el PSOE un paseo, algo así como jugar un partido de fútbol en el que los once jugadores contrarios van todos en silla de ruedas. Y sin embargo, todos los que entienden de esta cosa de las elecciones, coinciden en que si el partido se jugara hoy, los tullidos del PP le ganarían a los galácticos del PSOE por catorce puntos. Para justificarlo, los expertos se han puesto a explicar las tácticas y las estrategias del PSOE, las defensivas, las ofensivas, sin balón o con balón, tanto rodando como parado. Su análisis es demoledor: primero negaron la crisis, después empezaron a repartir euros sin ton ni son: 400 a todos los declarantes de la renta y 2500 a todos los niños que nazcan, lo mismo para el hijo de un parado de una chabola que para los nietos de Botín. Para demostrar que son más chulos que un ocho, les reparten millones a los pobres banqueros especuladores. Y ya que hablamos de grandes cifras, no hay que olvidar los más de cuatro millones de parados.
Ante la inminencia de la derrota, el entrenador Zapatero se ha puesto a diseñar una última estrategia, a la desesperada: dar protagonismo a las viejas glorias que ya sólo esperaban un partido de homenaje. Rubalcaba sacará todos los “córneres” y además rematará de cabeza. Gane quien gane, perderemos todos.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
viernes, 29 de octubre de 2010
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2 comentarios:
Evaristo, en la entrada anterior tachabas a algunos miembros del PSOE casi de "vagos y analfabetos" y en esta los consideras "galácticos"...
Lamentablemente, en los dos partidos políticos principales los "lumbreras" brillan por su ausencia. Y lo que es peor, no se observa que la "cantera" despierte muchas expectativas...
Mientras en el fútbol, la edad es una rémora, en política no es así. Más de alguno pensamos en viejas glorias que podrían jugar unos "minutejos" del partido con más garantía que los titulares... (Y no estoy pensando en Aznar, ¿eh?
P.D. Te pido disculpas por tomarme la libertad de tutearte.
Y además de sacar los corners y rematarlos, Rubalcaba, arbitrará el partido.
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