Las pensiones

Una expresión popular aconseja no nombrar la soga en casa del ahorcado. Nuestro presidente Zapatero no parece estar muy al día en dichos y refranes. Cuando estamos padeciendo una crisis terrible, con millones de personas sin trabajo, a nuestro presi no se le ocurre otra cosa que abrir el melón de las pensiones. Pero además lo hace cuando desde el inicio de la crisis su gobierno ha venido cacareando una y otra vez que no iba a haber ninguna rebaja en los derechos sociales de los más desfavorecidos. Se podría esperar un atropello semejante por parte de un gobierno de derechas. Para los neoliberales cualquier conquista de los trabajadores es un atropello a la libertad y el presagio de una catástrofe; si de ellos dependiera trabajaríamos quince horas diarias por la mitad del salario. Lo que resulta extraño es que unas medidas tan antisociales provengan de un gobierno y de un partido que tiene en sus siglas la palabra obrero y que nos quiere hacer creer que es de izquierdas. Posiblemente el sistema de pensiones necesite reformas pero no en el sentido que propone el gobierno. Como apuntaba en estas páginas Cándido Marquesán, citando al profesor Vicenç Navarro, los supuestos que maneja el Gobierno para retrasar la edad de jubilación se sustentan en datos cuestionables. Este gobierno mantiene un discurso que quiere ser de izquierdas pero sus actos no se diferencian mucho de lo que haría un gobierno del PP. En política los gestos son muy importantes y si un gobierno pide sacrificios, que empiece dando ejemplo. No se pueden aumentar los años de cotización a los ciudadanos cuando muchos políticos tienen sueldos de escándalo y con once años de cotización ya pueden cobrar el cien por cien de sus pensiones. Si los trabajadores más desfavorecidos viven una media de diez años menos que los de las clases altas, no es de recibo que se piense financiar las pensiones de los ricos con el dinero de los pobres. Tal vez modificando la financiación de las pensiones por medio de impuestos fuera una iniciativa más justa. Y racionalizando el trabajo de los funcionarios, eliminando asesores nombrados a dedo, prescindir de ministerios absurdos, presentando en las listas electorales candidatos mejor preparados para conseguir una mejor gestión. Espero que en las próximas semanas, tras asistir al Desayuno de la Oración—ver para creer— Zapatero reconsidere sus propuestas. De lo contrario al partido que lo sustenta le sobran letras en sus siglas. La ese y la o.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 5/2/2010