“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

sábado, 30 de enero de 2010

El peligro de los periodistas

Don Javier Arnal en su Tribuna del pasado día 27, Periodistas en peligro, alerta sobre los males de la profesión de periodista. Con alguna de sus opiniones estoy de acuerdo pero discrepo de la mayoría. Los males del periodismo no son de ahora sino que se vienen arrastrando desde hace muchos años. Y vamos a peor. No sé si alguna vez ha existido un periodismo independiente pero lo que sé es que ahora no lo es. Los medios de comunicación forman parte de grupos empresariales y políticos en los que la información es uno más de sus negocios y sirve no para contar lo que sucede sino para hacer propaganda de lo que les interesa. La concentración de medios en unas mismas manos es uno de los mayores atentados contra la pluralidad y la libertad de expresión. Hay muchas cabeceras, pero concentradas en pocos grupos. No sé si alguna vez el periodismo ha sido el cuarto poder pero sí sé que hoy el periodismo está al servicio del poder, tanto político como empresarial. El rigor, la independencia de criterio, la objetividad, y todas esas cosas que se enseñan en las facultades de periodismo, no sé si alguna vez se ha practicado pero sí sé que muy pocos periodistas las practican hoy. Un claro ejemplo es el propio Javier Arnal: sus opiniones coinciden en el 99,99 por ciento de los casos con las tesis del PP, ya se hable de crucifijos, de aborto, de enseñanza o del caso Gürtel. El señor Arnal clama contra la proliferación de medios y se queja del descenso de los ingresos publicitarios. Y yo pienso que la subvención a través de la publicidad es uno de los cánceres de la comunicación. Cualquier medio que recibe cientos de millones de publicidad institucional o de empresas cuidará con no ser demasiado crítico con quien le paga. Nadie con dos dedos de frente y criterio empresarial se arriesga a matar la gallina de los huevos de oro. Y más importante que lo que cuentan es lo que callan. Un claro ejemplo de lo que digo podría ser el de uno de los mayores “inversores” publicitarios españoles: El Corte Inglés. ¿Qué sabemos de esa empresa además de que ya han llegado las rebajas o la primavera? Nada. Como nada sabemos de las actuaciones de Repsol o Endesa en Sudamérica. Estos son los que se han cargado al noble oficio de periodista, al que han convertido en el bufón de la corte.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 30/1/2010

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