Mi abuela ministra

Sé que a menudo doy la tabarra con los políticos. No lo puedo evitar. Lo llevo en los genes. No llego a los extremos a los que llegaba mi padre, que se ponía a discutir con Fraga cuando aparecía en los telediarios, pero algo me queda, alguna foto de político o algún detector de políticos permanecen en el núcleo de mis células eucariotas. ¡Joder con la herencia! Hoy mismo, sin ir más lejos, estaba tranquilamente en casa leyendo el periódico y mis ojos, sin yo controlarlo, se van directamente a unas declaraciones de Elena Salgado, ministra de Economía. Y me he puesto como un basilisco. Nuestra ministra nos deleita con lindezas de este cariz: “El Gobierno está avanzando en la dirección adecuada, con las exportaciones y los sectores innovadores como candidatos a protagonizar el crecimiento del futuro” Más adelante nos advierte de que “quedan por delante "momentos difíciles" y habrá que afrontar "retos exigentes"”. Por si esto fuera poco, añade a continuación que el Gobierno ha adoptado "un papel activo" para afrontar y superar la crisis. Y termina con que "nuestro objetivo principal, como no puede ser otro, es conseguir que la economía vuelva a generar empleo y que nuestro Estado de Bienestar salga fortalecido de esta crisis". No me digan que no es para cabrearse, se lleve o no se lleve en los genes. Para decir eso no es necesario ni estudiar en “Jarvar” ni hacer un máster en “Güisconsin”. Sólo nos faltaría que hubiera dicho que el Gobierno avanza en la dirección equivocada y que se iban a potenciar los sectores menos productivos. Incluso mi abuela que no tenía muchos estudios y nunca salió del pueblo decía que en la vida hay momentos difíciles y que hay que afrontar retos exigentes. Ni siquiera a un idiota se le ocurriría afirmar que para superar la crisis es necesario adoptar un papel pasivo y que el objetivo principal, como no puede ser otro, es que la economía nos lleve a la ruina. Uno espera de sus dirigentes otra cosa que no sean obviedades. Necesitamos a políticos capaces de generar confianza, esa sensación de que estamos en manos de los más capacitados y con mayor experiencia para sacarnos del agujero. Mi abuela hubiera sido mejor ministra que Elena Salgado.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado

DdT 17/10/2009