Hay dos sistemas para enjuiciar los actos humanos. El primero consiste en compararlos con los valores y conductas compartidos por una sociedad en un momento determinado. Si robar o mentir son considerados acciones reproblables por una sociedad, todo aquel que robe o mienta será rechazado y castigado de acuerdo con las leyes.
El segundo método consiste en comparar los actos humanos no con los valores compartidos por la sociedad sino con los comportamientos de otros. Robar o mentir ya no son buenos o malos en sí sino que dependen de lo que hayan robado o mentido otros. Si uno roba cinco y el otro roba otros cinco, el álgebra nos enseña que dos magnitudes iguales pero de signo contrario se anulan. Más cinco sumado a menos cinco dan por resultado cero. Y cero no es nada.
Los políticos son defensores acérrimos del segundo método. Que el PSOE acusa al PP de tráfico de influencias, de mangoneo y de tramas de espionaje, el PP le contesta que eso no es nada comparado con los Filesa, Roldanes y convolutos del AVE. Que es el PP el que monta el pollo con las cacerías del ex ministro Bermejo, el PSOE saca a relucir los gescarteras, naseiros y zaplanas. Total, que si el botín del robaperas es igual al del asaltacaminos, no hay delito. Pelillos a la mar. Empate.
Con estar forma de actuar, el mensaje que envían a la ciudadanía es que el que no pone el cazo es tonto de remate. También indican el camino a seguir en caso de que te pillen con las manos en la masa o con la gallina debajo de brazo: nunca admitir ni confesar. Lo correcto es buscar o inventarse una gallina robada por el adversario.
Esta muy bien la nueva asignatura de Educación para la ciudadanía, pero los primeros que deberían aprobarla y con sobresaliente son los cargos públicos y exhibir la papeleta con la nota del examen junto con el carné de identidad en el momento de recoger el acta de su nombramiento.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
El segundo método consiste en comparar los actos humanos no con los valores compartidos por la sociedad sino con los comportamientos de otros. Robar o mentir ya no son buenos o malos en sí sino que dependen de lo que hayan robado o mentido otros. Si uno roba cinco y el otro roba otros cinco, el álgebra nos enseña que dos magnitudes iguales pero de signo contrario se anulan. Más cinco sumado a menos cinco dan por resultado cero. Y cero no es nada.
Los políticos son defensores acérrimos del segundo método. Que el PSOE acusa al PP de tráfico de influencias, de mangoneo y de tramas de espionaje, el PP le contesta que eso no es nada comparado con los Filesa, Roldanes y convolutos del AVE. Que es el PP el que monta el pollo con las cacerías del ex ministro Bermejo, el PSOE saca a relucir los gescarteras, naseiros y zaplanas. Total, que si el botín del robaperas es igual al del asaltacaminos, no hay delito. Pelillos a la mar. Empate.
Con estar forma de actuar, el mensaje que envían a la ciudadanía es que el que no pone el cazo es tonto de remate. También indican el camino a seguir en caso de que te pillen con las manos en la masa o con la gallina debajo de brazo: nunca admitir ni confesar. Lo correcto es buscar o inventarse una gallina robada por el adversario.
Esta muy bien la nueva asignatura de Educación para la ciudadanía, pero los primeros que deberían aprobarla y con sobresaliente son los cargos públicos y exhibir la papeleta con la nota del examen junto con el carné de identidad en el momento de recoger el acta de su nombramiento.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DDT 3/3/2009
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