“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 19 de febrero de 2009

Instrucción de sumario

En un periódico aparece una foto del juez Garzón sentado sobre el cadáver de un venado. Sonríe mientras sus manos agarran los extremos de la cornamenta del animal. Detrás, los cuerpos de otros cinco animales muertos; bajo los hocicos, manchas de sangre. A la derecha del juez, un señor con gorro-¿el secretario?- con los ojos emborronados para no revelar su identidad. Se diría que están orgullosos de su proeza.
Seguramente, el periódico que publica la foto, El Mundo, que no es un fan de Garzón, lo ha hecho con ánimo de ofender, de molestar, de presentar una imagen poco favorable del personaje. Pero no es menos cierto que la foto es real, que no ha sido manipulada, que quien aparece no es un doble del juez estrella y que los ciervos no se están echando la siesta. Es una foto macabra.
Si la sociedad de los animales se pareciera a la de los humanos, esa foto sería una prueba fehaciente de la comisión de un crimen. Se pondría en marcha el aparato judicial para que se esclarecieran los hechos y se castigara a los culpables de tan horrendo crimen. Se designarían fiscal y juez instructor, que no podrían ser, por razones obvias, ningún cérvido con pelo bermejo ni un ave denominada garzón, “de la especie de las garzas reales, de cabeza sin pluma, pico muy largo, collar rojo, alas negras y vientre blanco”.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DDT 19/2/2009

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