“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 23 de enero de 2009

Elogio

Le haré caso a un amigo que me acusa de que siempre hablo mal de la gente y que no estaría mal que de vez en cuando regalara algún elogio. No me resulta fácil. Afortunadamente, la grisura de cielo, las calles vacías y el frío del invierno me ayudan a crear un clima propicio al recogimiento y a la melancolía. Sentado frente a la estufa, escuchando el crepitar de los tarugos de carrasca, con el ordenador portátil sobre las rodillas cubiertas con una manta de cuadros, una copa de brandy añejo al alcance de la mano para desatascar las cañerías que alimentan las fuentes de la inspiración, busco en la biblioteca de los recuerdos a personas a quien elogiar. Mi padre, mi madre, mis abuelos; algunos amigos, la primera novia; aquel profesor de Zaragoza que consiguió que dejara de pensar en las musarañas y me interesara por Heráclito, Demócrito, Sócrates y Platón. Pero los voy eliminando por carecer de originalidad. ¿Quién no ha elogiado en alguna ocasión a los padres, amigos, abuelos o a algún profesor? Para no abundar en los tópicos, busco a personas que hayan sido injustamente maltratadas por la sociedad y me quedo con tres: verdugos, cobradores del frac y políticos. Como no he conocido a ningún verdugo y a los cobradores del frac solamente los he visto de pasada en alguna calle de Madrid, decido finalmente elogiar a los políticos.
Los políticos son unos seres abnegados que renuncian a la comodidad de una vida anónima para aparecer a todas horas en las pantallas de los televisores o en las páginas de los periódicos, gratuitamente, para decirnos que nos quieren mucho y que nunca estaremos solos. Personas sin horario y sin días de descanso, especialmente en periodo electoral. Hombres y mujeres condenados a viajar en limusinas de color negro con chófer, renunciando al placer de conducir un utilitario rojo por carreteras secundarias. Obligados a comer en restaurantes de postín, privándose de los suculentos menús de 10 euros que ofrecen sopa de, patatas con, fruta del tiempo, vino y gaseosa. Su generosidad al servicio de los demás es tan grande que, pudiendo volver a su vida civil a los cuatro años, se reenganchan una y otra vez a la disciplina cuartelera de la política. No tienen derecho de huelga ni pueden afiliarse a ningún sindicato que luche por sus legítimos intereses profesionales y defienda el poder adquisitivo de sus salarios. Sufren cuando se ven obligados a opinar de temas sobre los que no tienen ni idea. Si no llueve, ellos son los culpables; si nieva en exceso y se colapsan carreteras y aeropuertos, también. Se les hace responsables del fracaso escolar, del precio del abadejo y de la crisis económica, cuando todos sabemos que ésta viene de Estados Unidos, que los chavales suspenden porque no estudian y se pasan el día jugando con la wifi y que el precio del abadejo depende de la oferta y la demanda. Se exponen a que cualquier indocumentado les ponga en un aprieto preguntándoles en público y delante de las cámaras por el precio de un café. Y por si todo esto fuera poco, periodistas como David Gistau, un trepa con aspiraciones a ocupar la poltrona de Pedrojota en el Mundo, les espeta a los morros que “al cobijo de las siglas, de los aparatos de partido, prosperan incompetentes que no habrían resistido una semana al nivel de exigencia y resultados del ámbito privado”. No hay derecho.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DDT 22/1/2009

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Evaristo,

En nombre de mi padre: "GRACIAS por hacer que mis tardes en el hospital sean mas amenas, con los textos(muy acertados) que escribes en el Diario.Espero poder muy pronto intercambiar reflexiones.

Saludos afectuosos!
Espero continues con esta tarea."