Valentino es un modisto de esos famosos. Nada extraño, en principio. Pero después de leer una entrevista que le hacen en una revista, puedo afirmar y afirmo, que en mi vida había leído tantas soplapolleces juntas en tan poco espacio. Resulta que el fulano tiene seis perros de raza carlino cuyos nombres empiezan todos por eme. Hasta aquí nada raro. Lo raro es cuando se dice que va a todas partes con sus chuchos y que reciben un tratamiento de belleza diario por parte de su cuidador, Carmelo. Sigue el cosetrapos afirmando que su “única preocupación fue hacer trajes bonitos para cumplir el deseo natural de las mujeres de estar bellas, femeninas, seductoras. No puedo ver mujeres despeinadas o raras”. De Carla Bruni, dice el remiendasayas: “creo que es un espécimen de feminidad magnífico; una mujer que encaja perfectamente para el Elíseo. Tiene todas las cualidades que debe tener una primera dama”.
Si todas estas memeces las pronuncia un heterosexual cualquiera, se le echan encima todas las asociaciones feministas del mundo mundial, soltando un sermón sobre el machismo, la cosificación de las mujeres y la necesidad de concienciar a todas las miembras de la sociedad para luchar por su dignidad. Pero como el autor es un elegantísimo, glamourisísimo y homosexualísimo pinchatelas, ya verán como ninguna dice ni mu.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
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