“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 27 de noviembre de 2008

Somos la envidia del mundo

Pasadas las elecciones, con todo el pescado vendido, los voceros y boceras han dejado de hacer la calle y se han retirado de la circulación, unos con el rabo entre las piernas y otros a ocupar su escaño, coño. Tras las caravanas electorales llegaron los desfiles procesionales de Semana Santa y en Teruel se ha montado el pollo con las Cofradías. No es de extrañar, si como nos relata doña Carmen Revuelto Díaz, en su carta del día 3, hay “peaneros e incluso miembros de bandas que acuden a procesionar empachados de carajillos, whiskys, cervezas y emiten todos los improperios hacia tu persona o la de tu hijo”. El año próximo habrá que avisar a los antidisturbios para evitar que la Sangre de Cristo llegue al rio, porque unos encapuchados armados con porras, palos y lanzas y hasta las cejas de JB, pueden montar un buen pifostio. En el Diario de Teruel hemos podido leer los zambombazos verbales de uno y otros, mucho más ameno que los estocadas traperas de los taurinos de hace unos meses. Para rematar la faena, el Telediario del día 1, nos informaba de que en Burjassot, un vulgar chorizo entró a robar en una funeraria y cuando acudió la policía, el tío se metió en una vitrina destinada a los cadáveres y se hizo el muerto. Con dos cojones. Así somos nosotros. La envidia del mundo.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado

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