Hay que ver las huellas que ha dejado en nosotros tantos años de moral católica. Uno puede hacer y decir las mayores barbaridades, que con unos padrenuestros y un avemaría, pelillos a la mar, todo perdonado. No me extraña que a D. Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, que seguramente estudiaría con los curas, se le haya ocurrido la gilipollez de impartir la asignatura de Ciudadanía en inglés. Sí señor, con un par. Two pájaros de one tiro: en lugar de una hora de inglés y otra de Ciudadanía, los chicos tendrán dos por el precio de uno. Que se note el poderío de los votos. Como su decisión se habrá basado en las sesudas investigaciones de sociolingüistas, psicopedagogos y otras eminencias reverendísimas, le sugiero que las clases de religión se impartan en hebreo y arameo. La gimnasia, obligatoriamente en valenciano. El recreo, lo puede dejar en castellano. Lo importante es joder la marrana. Y si el Tribunal Supremo le informa (propongo que lo haga en chino mandarín) de que no puede incumplir las leyes aprobadas por el Parlamento, se echa unos rezos y aquí no ha pasado nada. Empate.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
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