Nos meten las marcas por los ojos. En una óptica de la capi, próxima al hospital, me detengo a mirar el escaparate. Las gafas ya no son solamente un objeto imprescindible para los que no vemos tres en un burro. Ahora son un complemento de moda que se anuncia con unos eslóganes absurdos: Descubre el diseño funcional, cambia tu punto de vista, mantén relaciones sexuales con protección, resalta tu identidad, no te escondas. Y ahí están todas las marcas: Cristian Dios, Chuchi, Liborio & Puchino, Dulce Galbana, Ataúlfo Del Minguez, Imperio Ernani , Pico della Mirandola y Capra della Legione.
De cundir el ejemplo, ahora que se habla de hacer un nuevo hospital en Teruel, no me extrañaría que a algún genio de la gilipollez se le ocurriera una idea fashion, o sea. Camas diseñadas por Pininfarina, uniformes de Pertegaz, goteros de Murano, pastillas de Agatha Ruiz de la Prada y supositorios Ferrari. Los menús de Ferrán Adrià y los sillones para los acompañantes, que ahora parecen potros de tortura, llevarían la firma de Le Corbusier. El hospital se llamaría Victoria Beckam y lo inauguraría Boris Izaguirre. Divino de la muerte.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
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