“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 27 de noviembre de 2008

De negros, cinismo y tirintantrán

He escuchado atentamente los discursos de la inauguración de la Expo de Zaragoza. Apañaos, muy apañadicos los discursos. Algunos, francamente emotivos, como el de Belloch. Y me he puesto a pensar en esos hombres y mujeres que les escriben los discursos a los políticos y lo poco que se diferencia la política del teatro. Tanto una como el otro, la política y el teatro, son el arte de la representación, de hablar por boca de otro o hablar por boca de ganso. Con una excepción: en el teatro, el autor es conocido y reconocido, y en las carteleras figura su nombre junto al de los actores. En la política, todo el mérito se lo lleva el actor. De los pobres autores no conocemos ni el nombre. Están en la oscuridad y por ese motivo se les conoce como negros.
También me ha llamado la atención, la cantidad de elogios que se dirigían unos a otros. Todos han sido cojonudos, del Rey para abajo. Que se le den las gracias al Rey, al Comisario de la Expo, al Presidente Gistau, a los obreros y a los voluntarios está dentro de lo esperado. Pero que le den las gracias a Aznar, Arenas, Luisa Fernanda Rudi y a otros políticos del PP, sorprende. Y no porque no hubiera motivos, que seguramente los hay. Estamos acostumbrados a que los políticos de un partido llamen a los del otro, tontos, despilfarradores, que si gobernasen llevarían el país a la ruina, y otras cosas peores. Yo me alegro de este cambio pero me temo que sólo durará hasta el próximo lunes, como mucho. Y porque no estamos en periodo de elecciones y el PP está con los dolores precongresuales.
Finalmente, quiero decir que aunque no entiendo mucho de fusiones, la mezcla de los gorgoritos de la hija de la Caballé con los guitarrazos heavy y el tirintantán de la jota, no han logrado que me levante del asiento y encienda el mechero como en los viejos tiempos. Estoy ya medio gagá.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado

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