“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 19 de noviembre de 2025

La sanidad para los sanos

 Publicado en Diario de Teruel 20/11/2025

Los drones reparten medicamentos por los pueblos. El aeropuerto de Teruel, vanguardia de la aeronáutica estratosférica. Cirugía robótica remota. Podemos hablar y ver por internet a un amigo que vive en Pekín o en Tegucigalpa. Estamos a punto de conseguir que un mono conduzca un autobús y de implantar chips y cámaras en la cabeza de ratas para poder detectar atascos en las alcantarillas. Bomberos y Guardia Civil rescatan vivo a un perro que cayó al fondo de una sima de 50 metros. Y mil avances más. Lo que no hemos conseguido todavía es que una mujer con movilidad reducida pueda hacerse una citología, una ecografía o una revisión ginecológica en un hospital o un consultorio de Teruel. Desoladora la columna de doña Elena Gómez en Diario de Teruel del pasado día 14 de noviembre. Nos habla de “camilla/potro de tortura”, de que “los consultorios están diseñados para cuerpos que caminan, se inclinan, se suben y se bajan sin ayuda”, “para el sistema, soy una paciente imposible, una mujer con menos derechos”, “la comunidad médica sigue creyendo que las mujeres con discapacidad no somos mujeres completas”. Concluye diciendo que “la salud no puede ser un privilegio reservado a los cuerpos normativos”. Si a nuestros políticos no se les cae la cara de vergüenza después de leer el texto de Elena es que padecen el efecto o sesgo de Dunning-Kruger y se creen más competentes de lo que realmente son. De seguir por este camino, propondrán que en todos los hospitales y centros de salud se eliminen rampas de acceso, ascensores y camillas. De esa manera, se reducirán los gastos sanitarios. Quien no pueda subir escaleras o tumbarse en una cama por sí solo, no merece la pena ser atendido. Con esos ahorros, se podrá enseñar a monos a pilotar aviones y a renovar la flota de coches oficiales. ¿Para qué gastarse el dinero en arreglar el intermitente de un vehículo de diez años si lo más probable es que habría que cambiarle la pila del mando a distancia y reparar una abolladura en una lateral? ¡Qué pena que nuestros dirigentes no sean capaces de reconocer su propia incompetencia!

Evaristo Torres Olivas


sábado, 15 de noviembre de 2025

Malditas estadísticas

 Las estadísticas me están decepcionando. Me estoy hartando de medias, medianas, modas y percentiles. Y sobre todo de la manipulación por parte de las instituciones y medios de comunicación. Voy a poner algunos ejemplos. Supongamos que mi vecino tiene diez coches, y yo no tengo ninguno. Si hacemos la media, resulta que tenemos cinco cada uno. Yo miro en mi garaje y sigo sin tener nada. ¿Quién me va a dar los cinco autos que me corresponden? Si en una empresa diez trabajadores ganan 10 euros por hora y la jefa y su marido ganan 200 euros, lo más probable es que nos contesten que cómo nos atrevemos a reclamar si la media del salario por hora de la empresa es de casi 42 euros. Si la media de precipitaciones del año pasado fue de 700 litros por metro cuadrado y en mi pueblo solo cayeron cien, ¿quién nos devuelve los 600 que nos faltan. Supongamos que hacemos una encuesta a 1.000 dentistas y se les pregunta que nombren a diez marcas de dentífrico y 80 incluyen en su lista a la pasta Dentón. Los propietarios de la marca lanzan una publicidad y dicen que el 80 por ciento de los dentistas recomiendan Dentón como mejor dentífrico. Omiten decir que, en la encuesta, las marcas Flemón y Tridente aparecían en el 100% de los casos. Tampoco dicen la verdad al decir “los dentistas” cuando son solo cien de un total de, pongamos, 40.000. Bien es cierto que a veces la estadística sirve para tranquilizar la mente y no hundirnos en la tristeza. Si la nota media en el año que me presenté a la Selectividad era de 13, aunque yo tuviera un 7, no entiendo por qué no me dejaron matricularme en la universidad en el Grado de Estadística. Mi familia tampoco lo entendió. Después de todo esto, espero que hayan entendido cómo los políticos y publicitarios nos pueden manipular con el PIB, SMI, la renta media anual y el número de botellas de vino tinto per cápita. Tenía razón aquel que dijo que hay mentiras, malditas mentiras y estadísticas.

Evaristo Torres Olivas

martes, 11 de noviembre de 2025

Comprar o no comprar

 Me gusta leer de todo, tanto literatura como ensayo. En papel y en libro electrónico. En estos días he estado frente a una disyuntiva: comprar o no comprar el libro de Juan del Val, ganador del Planeta y el del rey Juan Carlos, que se acaba de publicar en Francia y en diciembre lo hará en España. He leídos muchas críticas de ambos libros, la mayoría pésimas, pero yo no quiero opinar hasta que no los lea. Mi dilema no es leerlos o no leerlos, que los leeré, sino si comprarlos o no. Tanto del Val como Juan Carlos I no son personas a las que admire, pero eso no quiere decir nada sobre la calidad de sus libros. Hay personas a las que admiro y sin embargo sus escritos no me gustan y, al contrario, escritores, periodistas y profesores que en lo personal no me entusiasman, pero sus obras me agradan. Así que no daré una opinión sobre Vera, una historia, de amor, del señor del Val, y Reconciliación, de don Juan Carlos. Esperaré a que estén disponibles en las bibliotecas o a que me los presten algunos amigos, para leerlos y opinar. Con el marido de Nuria Roca, la decisión fue rápida; con el padre de don Felipe me costó un poco más tras leer en la prensa un extracto del libro en el que dice: "Soy el único español que no cobra pensión tras cuarenta años de servicios". Eso es intolerable, pensé y en un primer momento estaba dispuesto a contribuir a sus derechos de autor con la compra de su libro (una curiosidad: a los derechos de autor en inglés se les llama royalties, realezas). Afortunadamente, en el mismo artículo de la prensa se habla de los 100 millones de dólares que le regaló el rey de Arabia Saudí y que nuestro rey emérito los considera como "un donativo generoso de parte de un hermano". Si se tienen hermanos generosos, los demás debemos dar un paso atrás. Y ese es el motivo por el que esperaré a que las memorias estén en las bibliotecas públicas. He recapacitado a tiempo y no tendré que decir aquello de: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”.

Evaristo Torres Olivas