“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 25 de marzo de 2025

El buen periodismo y el famoseo, cotilleo y chismorreo

 El buen periodismo, además de atenerse a los hechos, ser objetivo, documentarse y recurrir a fuentes fiables, debe priorizar, jerarquizar la información, darle a cada noticia el espacio y la importancia que se merece en función del interés general. La vida privada de una persona, a no ser que afecte al conjunto de la sociedad—caso Ábalos y Ayuso—no debería tener cabida en un periódico serio. Para eso están las revistas del corazón. No se entiende que un periódico como Diario de Teruel, pagado con dinero público, se salte las reglas más elementales del periodismo. En su edición del pasado día 17, dedica la portada y dos páginas enteras a la visita privada de dos horas del rey Felipe VI a Valdelinares. Repito: dos horas, visita privada. La crónica de la visita no aporta nada sustancial. “Un rey “sonriente” y “cercano” que se deja fotografiar con todos”, “Felipe de Borbón se muestra simpático con la gente”. También nos cuenta en un destacado recuadro que el rey almorzó “cerdo, embutido de la zona y pastas artesanas” que los responsables de Aramón Valdelinares solicitaron apresuradamente a los comercios de la zona cuando se enteraron de que acudía el rey. De ahí debemos entender que, si no hubiera acudido el monarca, los visitantes normales se habrían alimentado de comida del Aldi o del Mercadona. Pero como la cosa no daba para más, recurren a rellenar el espacio con grandes fotografías –ocho en total—todas iguales. En una de ellas aparece el rey caminando con unos esquís en la mano y en el pie de foto figura este texto: “El rey, con los esquís en la mano, a su llegada a Valdelinares”. Está claro que para el Diario de Teruel una imagen no vale más que mil palabras. Aunque se vea al rey con los esquís en la mano, hay que decirlo con palabras, no vaya a ser que los lectores los confundan con unas raquetas de tenis. Una visita privada de dos horas, sin pronunciar ningún discurso, no da para tres páginas ni ocho fotografías. Una breve nota y una foto habrían sido suficientes. Todo lo demás hay que dejarlo para Hola, Semana y otras publicaciones de las llamadas de corazón, rosa, famoseo, cotilleo, farándula y chismorreo

Evaristo Torres Olivas





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