La derecha no quiere ni oír hablar de laicidad ni de
asignaturas como Educación para la ciudadanía. Reivindican una educación
cristiana, la tradicional, la de toda la vida, la nuestra. La que nos enseña valores que han hecho grande
a España, esa nación que hunde sus raíces en el origen de los tiempos,
mantenida unida por la argamasa de la fe, el amor, la esperanza y el compromiso
con los pobres. La Iglesia, nuestra madre, nos enseña el camino recto, la senda
de la verdad. Los hombres y mujeres de provecho (bueno, los hombres
especialmente, porque para la Iglesia
las mujeres solo sirven para parir y cuidar a los hombres) se han formado en
las escuelas y universidades católicas. Don Luis Bárcenas, por ejemplo. Estudió
Económicas en ICADE, de los jesuitas. El
tesorero del PP acumuló dinero en Suiza seguramente para regalárselo a los
pobres porque fue educado en los principios cristianos de solidaridad, caridad
y generosidad. También estudió Económicas en Deusto (otro feudo de los jesuitas)
Alfredo Sáenz, ese gran banquero indultado por el Gobierno de Zapatero. Ahora
acaba de dimitir (a la fuerza) del puesto de consejero delegado del Banco
Santander, con una indemnización de más de ochenta millones de euros. Tanto ese
dinero, como los más de diez millones de euros anuales que se venía embolsando,
no crean que eran solo para él. Don Alfredo, educado en la austeridad
cristiana, tiene suficiente con apenas unas monedas para comprar unas verduras,
un poco de pan y una lata de sardinas. El resto lo reparte entre los más
necesitados, no de su parroquia y de su vecindario, que están todos forrados,
sino de los barrios más pobres de su ciudad, su país e incluso del
extranjero. Hay gente malpensada, entre
los que no me encuentro, que piensan que tanto Bárcenas como Sáenz deberían
estar hospedados en uno de esos hoteles con rejas, también llamado cárcel. Yo
creo que las cosas no son lo que parecen y que el paso de estos dos grandes
hombres por colegios y universidades que los formaron en la tradición católica,
apostólica y romana ha hecho de ellos ciudadanos de provecho, un claro ejemplo
de superación personal y de entrega a los demás.
martes, 7 de mayo de 2013
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