Jueves, 25 de septiembre. Museo de Teruel. Presentación del libro de Julio Llamazares, El viaje de mi padre. Lleno total del salón de actos. Mucha gente de pie. Y ahora viene lo peor: doce asientos, en las dos primeras filas, vacíos: reservados para autoridades. Empieza la presentación. Ni una sola autoridad presente. Mucha gente de pie y algunos sentados en el suelo. Después de un largo rato, el propio Llamazares invita a los que están de pie a que se sienten porque ninguna autoridad ha venido. Es siempre la misma historia. Mande quien mande, PP o PSOE: siempre reservan las dos primeras filas para si a alguna “autoridad” se le ocurre venir. Se entiende que se reserven algún puesto en primera fila para personas que han de intervenir en el acto con un discurso, pero no que por ser concejal, diputado o cualquier otro cargo disfrutes de un privilegio que no tiene ningún otro ciudadano. Ah, y para terminar quiero pedirles a los políticos que gobiernan en Teruel que dediquen algún dinero a mejorar la megafonía en el Museo de Teruel. Se escuchaba con dificultad lo que nos contaban Julio Llamazares y Alfonso casas.
Evaristo Torres Olivas
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