Tres décadas en departamentos de recursos humanos me permiten opinar con criterio sobre la oferta de trabajo que aparece al final de esta columna. Una vergonzosa vergüenza vergonzante. Si yo hubiera redactado algo similar en los cientos de textos que publiqué, habría sido despedido sin derecho a indemnización. Lo primero que hay que especificar es la lista de tareas a realizar por el ocupante del puesto: por ejemplo, supervisar el montaje de mercancías en la cadena de producción, realizar controles de calidad, mantenimiento y limpieza, etc. En segundo lugar, los requisitos de formación y experiencia requeridos. No se puede pedir que para un pelador de patatas se necesite tener un diploma de ingeniería mecánica, hablar y escribir en dos idiomas y una experiencia mínima de quince años. Finalmente, es necesario especificar qué ofrece la empresa: salario, tipo de contrato, etc. En el anuncio de los operarios industriales, no se sabe en qué consiste el trabajo, si en pelar patatas, apretar tornillos o programar un ordenador. En cuanto a los requisitos, son claramente abusivos: “Disponibilidad total horaria”, 24 horas al día, 365 días al año. Además, debe “estar en disposición de carnet de conducir”, lo que significa que no es obligatorio tenerlo sino estar dispuesto a obtenerlo algún día. Seguramente, para controlar el tráfico que circula por la cadena de montaje. En cuanto al “dominio del castellano, hablado y escrito”, no se sabe muy bien a qué obedece. Probablemente., visto lo visto, al redactor de esta oferta de trabajo, cuando lo contrataron, le debieron de pedir que escribiera en castellano de cualquier manera, a ser posible mal. En cuanto a lo que ofrece la empresa, no puede ser más ambiguo: “salario competitivo”. ¿Qué es competitivo? ¿Mil euros, dos mil, cinco mil? Para terminar, nos proponen “Jornada Completa”, con mayúsculas para que quede claro. La jornada completa puede ser de siete, ocho, doce o dieciocho horas diarias, 365 días al año.
Evaristo Torres Olivas
No hay comentarios:
Publicar un comentario