“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 26 de agosto de 2025

Jose Raimon Amorro y el Helarte de escrivir un escrito

 El pasado día 24, Diario de Teruel publicaba un artículo de opinión de José Ramón Morro. Si buscamos su currículum en la red, leeremos que es licenciado en Filosofía y Letras, y en su larga vida laboral ha sido catedrático de dos institutos de Teruel durante seis años, inspector de educación durante diecisiete años y subdelegado del Gobierno en Teruel. ¡Brillante trayectoria!, pensaremos. Pero basta leer el artículo para darnos cuenta de que estamos equivocados. Se supone que un licenciado en una carrera de letras, profesor de instituto e inspector de educación conoce las reglas de la gramática, la sintaxis y la ortografía. Al igual que nos enfurecería que un albañil con veinte años de experiencia colocase los ladrillos torcidos o un carpintero que fabricase una puerta que no cabe en el marco. Don José Ramón pone los ladrillos de nuestra lengua al tuntún. Veamos algunos, no todos, por limitaciones de espacio en una carta al director. Teclea mayúsculas sin criterio y no duda en escribir “Instituto de bachillerato”, “Cardenales fascistas”, “Ministro del ramo”. Los puntos y las comas los distribuye a ciegas, sin criterio. Utiliza redundancias como “ambos dos”; seguro que también considerará correctas las expresiones subir arriba, un trío de tres o la autopsia de un cadáver. El apellido del legendario futbolista del Real Madrid lo escribe “Di Estéfano”, de ahí que yo haya optado por llamar Amorro al señor Morro y utilizar la expresión redundante escribir un escrito en el titular de esta columna.  Lo de escribir mal debe de ser una incompetencia común de los licenciados en Filosofía y Letras del PSOE de Teruel. Vicente Guillén, otro licenciado en esa especialidad, tampoco se distingue por la calidad de su prosa. Tal vez, tanto a uno como al otro, la profesión que más les hubiera gustado habría sido la de “utilero o limpiabotas” del Real Madrid, como escribe don José Ramón Morro para recordarnos la afición al fútbol y al equipo “merengue” de Javier Lambán.

Evaristo Torres Olivas

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