Juan José Francisco Valero se jubila después de muchos años en el Diario de Teruel. Quiero aprovechar esa circunstancia, además de para desearle lo mejor en su nueva etapa de jubilado, para contar cómo le conocí. Después de muchos años viviendo fuera de mi pueblo (Francia, Canadá, Zaragoza, Madrid, Barcelona y Alemania) volví a Villarquemado de donde no me he movido desde hace más de quince años. Siempre me ha gustado leer la prensa y cuando llegué a Teruel, consideré una obligación leer nuestro periódico provincial. Como también me gusta escribir, empecé a enviar cartas al director para opinar de los asuntos de nuestra tierra. Si los periódicos se escriben para los ciudadanos, también los ciudadanos tenemos derecho a opinar y no solo los políticos. Al poco tiempo recibí una invitación del director Juan José Francisco, Juanjo, para ofrecerme escribir una columna. A palo seco la titulé. Veinticinco líneas. Ni una más ni una menos. Se publicaban varias veces por semana. Sin censura. Así durante un par de años, quiero recordar. Nunca cobré un euro. De vez en cuando me pasaba por la redacción para saludar a Juanjo. Un malasombra escribió tiempo después un comentario anónimo en mi blog en el que me reprochaba que visitaba la redacción para llevarme un ejemplar gratis. Pero un día, me llamó Juanjo para comunicarme que el presidente de la Diputación y del Diario, Antonio Arrufat, había ordenado que yo no escribiera ni una línea más. Y así fue. La explicación de Arrufat, con quien me reuní cinco minutos en la cafetería del Hotel Cristina, fue que me “metía con los políticos”. Por lo visto solo se pueden “meter” con los políticos los políticos. Cuando me “echaron”, se hizo una recopilación de mis columnas en un libro y me invitaron a presentarlo y a dar charlas en el Museo Provincial, en Cella y en la escuela de la cárcel de Teruel. Creé un blog, En Resumidos Cuentos, que he abandonado un poco desde hace unos meses y que tiene más de 600 000 visitas. Sirvan estas veinticinco líneas para darle las gracias al periodista Juanjo Francisco y pedirle que siga escribiendo de vez en cuando algún artículo de opinión en su querido Diario de Teruel.
Evaristo Torres Olivas
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