“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 12 de febrero de 2024

Seres abyectos

 Publicado en el Diario de Teruel 14/2/2024

Un chico de veinte años. Soldado israelí de origen latino. Judío. Lo entrevista una periodista en un informativo de la televisión.  Le pregunta la reportera por “las decenas de miles de muertos palestinos, mujeres y niños”. Y el chaval, con toda tranquilidad contesta que “ahí no hay inocentes”. Y añade: “Si se acercan, los matamos”. “¿Y cómo va a terminar esto?”, insiste la entrevistadora. La respuesta: “Con una derrota aplastante, que no quede nadie, que nadie quede”. Hasta aquí los hechos; ahora mi opinión y mis preguntas. ¿Qué hemos hecho mal para que una persona joven piense así? ¿Falla la educación y el aprendizaje de nuestra juventud?, ¿son las organizaciones militares unas fábricas de fanáticos?, ¿somos los humanos tan despiadados, desalmados, insensibles, crueles, feroces, brutales y sanguinarios? Al enemigo, ni agua, el mejor indio es un indio muerto, eres un moromierda, merienda de negros, engañar como un gitano, putos judíos, mujer tenías que ser… Todas ellas y muchas más expresiones de antes y de ahora que demuestran que los humanos somos inhumanos. E irracionales porque permitimos que personas –que no bestias ni animales, porque las bestias y los animales son más sensatos – como Hitler, Stalin o Netanyahu nos dirijan y adoctrinen. Da mucho miedo que un muchacho de veinte años piense que una niña de un mes o un chiquillo impúber no sean inocentes y haya que exterminarlos.  A las malas hierbas hay que arrancarlas de raíz, pensará. Llevo varios días sin dormir, desde que escuché la entrevista al soldado judío de origen latino de veinte años. Si se quita el sonido y se mira la imagen, se lleva uno una impresión equivocada.  Con su kipá, su sonrisa y sus suaves gestos parece que nos esté contando una historia de amor, o recitando los primeros artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esos que hablan de que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos…”, “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona…”, nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes…”. Pero no, en realidad nos habla de exterminio, masacre y aniquilación. ”Hasta que no quede nadie, que nadie quede”.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegra mucho leerte de nuevo, me entristece que sea por un tema asi...

¡¡Un abrazo!!