“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 21 de agosto de 2023

Si no “sabís” no “hablís”

 A un periodista se le deben exigir varias competencias: que sepa escribir correctamente, de acuerdo con las normas ortográficas y gramaticales del idioma; que cuando opine sepa de lo que escribe; que sea riguroso y exhaustivo en la obtención de datos y fuentes. Y algunas más. Ninguna de ellas cumple Javier Silvestre en su artículo de opinión del pasado domingo, Políticos gratis. Incurre en errores garrafales: ignora que los grupos de tres cifras se separan con espacio, no con punto ni con coma, y escribe “1.500, 1.000 y 35.000”. También desconoce que no es correcto escribir “ponerse un sueldo a poco más de 1.500 euros netos al mes”. Lo que procede no es la preposición “a” sino “de”. Utiliza palabras erróneamente en esta frase: “Los puestos electos en pequeños pueblos son los que requieren de más trabajo y dedicación”. Electo, según el Diccionario de la RAE significa “persona que ha sido elegida o nombrada para una dignidad, empleo, etc., y aún no ha tomado posesión”. Hasta que no se tome posesión, no se requiere ni trabajo, ni dedicación ni salario. Escribe que “no debemos de olvidar” y también que “debería de ser”, añadiendo una preposición innecesaria e incorrecta. Hay algunos errores más. En cuanto a saber de lo que escribe, el señor Silvestre, en este caso, no sabe mucho de salarios, de cómo deberían fijarse y qué factores deben considerarse. Hace afirmaciones gratuitas: “Por regla general, los políticos en España cobran poco y mal. Es la realidad”. ¿De dónde ha sacado los datos, cuáles son sus fuentes? Le falta objetividad cuando dramatiza y exagera la situación con expresiones como estas: “Políticos que, más allá de las siglas, se dejan la vida por y para sus convecinos”. Habría muchas más críticas que se le podrían hacer a don Javier, pero con las expuestas creo que es suficiente. Una compañera de trabajo que tuve hace muchos años, mujer lista y divertida, a quienes hablaban sin rigor, sin conocimiento del tema y a la ligera , les regalaba siempre esta frase: “Si no sabís, no hablís”. Yo también creo que hay que reconocer el trabajo de todas las personas, hombres, mujeres, políticos, políticas, ministros y presidentas. Pero si se es periodista, no hay que desprestigiar la profesión como hace don Javier Silvestre. Si no sabe de salarios que no hable. O que investigue antes de hablar. Eso se aprende en la primera semana de primero de Periodismo.

Evaristo Torres Olivas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un opinólogo/todólogo más, que ahora habla de esto y mañana, qué sé yo, del beso de Rubiales a la jugadora de la selección.
No tengo muy claro tampoco si la palabra "meritócrata" es muy correcta (quizás en cursiva hubiera estado mejor; se entiende igual), no tanto por el término elegido como por el sentido: entiendo que el "meritócrata" es lo contrario de lo que quiere expresar, que sería algo así como el "trepa" o acaparador, porque eso es lo que vemos en quienes hacen eso de acumular cargos.
Quizás no esté muy al tanto de lo que cobran los políticos (y creo que tampoco los periodistas), pues hace poco se publicaron los salarios de los nuevos miembros de la DPT, y no eran precisamente bajos, aunque algunos de los que los percibirán no soñarían jamás con ese estipendio en sus trabajos anteriores. Lo mismo se puede decir de directores generales, consejeros, etc.
Y sí, Pedro Sánchez (o Feijóo) no están muy bien pagados, si lo comparamos con otros presidentes europeos o incluso autonómicos, pero nuestros sueldos, los de los ciudadanos de a pie, tampoco lo están.

Anónimo dijo...

Que alguien cometa faltas de ortografía o se exprese mal en el WhatsApp u otra red social es comprensible. Pero, como bien dices, una profesional lo haga en medios públicos y, redundando,
profesionales, dice mucho de ella.