El fuego quema y el hielo está frío

 Que a los ciudadanos nos tomen por imbéciles es algo muy frecuente, especialmente por parte de muchos políticos y periodistas. Sirva de ejemplo la crónica de la presentación de la candidatura de Teruel Existe a la alcaldía de Utrillas. El mismo texto aparece en el Diario de Teruel y en La Comarca. El artículo no lo firma nadie, lo que ya es sospechoso. Se trata de pura propaganda, pero además de ínfima calidad. El número uno de la lista, el actual alcalde por Ciudadanos, Joaquín Moreno, cuenta, entre muchas obviedades, que “las personas que integran su lista combinan experiencia y savia joven, aportando “sus conocimientos, tiempo y pasión por modernizar, transformar y conseguir un Utrillas mejor”. Se trata de palabras hueras. Eso mismo lo dicen la totalidad de los partidos de los candidatos que integran sus listas. ¿Imaginan a un dirigente de un partido que diga que él o ella y los de la lista son unos zoquetes sin experiencia que pretenden cargarse el pueblo y hundirlo en la miseria? Otra de las sandeces que se cuentan en el artículo es la siguiente: “La senadora de Teruel Existe, Beatriz Martín, afirmó que ha merecido la pena tener representación en el Senado. Así, precisó que en los tres años que han pasado ha habido “muchos cambios””. Esa obviedad es equivalente a decir que la lluvia moja, el sol brilla y que cuando se tiene hambre, lo mejor es comer. Si la persona que ha escrito esa tontada es periodista, habrá que pensar que le regalaron el título. Y si esas fueron las palabras de la senadora, habrá que concluir que es tirar el dinero público pagarle tan elevado sueldo a cambio de contar chorradas. Se espera de las personas que se dedican al periodismo y a la política un mayor nivel y sobre todo más respeto a los ciudadanos. Porque para decir que merece la pena estar en el Senado para hacer cosas y que haya cambios es lo mismo que si a un estudiante del piden en un examen que hable de un escritor famoso y dice que nació muy joven, escribió algunas obras y murió el último día de su vida. Es lo mismo, pero con una gran diferencia: el estudiante suspenderá la asignatura y el político, según en qué lugar de la lista figure, volverá a avergonzarnos y a reírse de nosotros.

Evaristo Torres Olivas