Dejen de leer la Retórica de Aristóteles. Tiren a la basura todos los libros sobre cómo hablar en público. No hagan caso cuando les digan la importancia que tiene el lenguaje corporal. Huyan de quienes les cuenten lo importante que es la voz, su modulación y los silencios. No es verdad que hay que mirar al auditorio. Tampoco que no hay que leer el texto. Es una trola creer que un buen político es aquel con capacidad de persuasión y facilidad de palabra. Tampoco crean que hay que evitar las muletillas y las palabras muy largas que harán que nos atasquemos. Dominar ei inglés tampoco es necesario. Todo eso es un timo de cuatro espabilados sacaperraas que, con sus talleres, sus libros de autoayuda y sus patrañas, nos quieren hacer creer que para tener éxito y ser un líder es necesario dominar el arte —así lo llaman— de encandilar a la audiencia. ¿Cómo he llegado a esa conclusión? He escuchado el discurso íntegro de nuestro presidente Lambán en el debate de la Comunidad de Aragón. Una hora y cuarenta y cinco minutos. Más largo que la mayoría de las películas. Lambán solo ante el peligro. Todo el tiempo leyendo el texto que le han escrito, sin levantar la vista del papel. Las manos agarradas al atril. Solo mueve una para pasar la hoja. Voz monótona, sin apenas inflexiones. Latiguillos varios, eh, eh, eh. Pronunciación defectuosa: la palabra aragonés en su boca suena “lagonés”, como el lago Ness de Escocia. Se atasca con las palabras largas, como cuando cuenta lo de la “telemonitorización de las residencias”. Habla de una inversión de 64 millones de “nacioleison”, que a pesar de haberlo escuchado diez veces o más, no sé qué significa. Machacar el idioma inglés es otra de sus especialidades: nos habla de “Amazon ue sevises”. Si a todo ello le añadimos un texto con abundancia de siglas y cifras, el resultado es soporífero. Solo nos despiertan los aplausos de consejeros y diputados de su partido. En conclusión, olvídense del ethos, logos y pathos de filósofo griego, de las clases de teatro para dominar la voz y el lenguaje corporal. Para ser un político de éxito, basta con leer mal durante mucho rato sin levantar la vista del papel y siempre en el mismo tono monótono. La prueba está en nuestro presidente don Javier Lambán.
Evaristo Torres Olivas
1 comentario:
Si es la primera cabeza del Psoe en Aragón, imagínate cómo es el resto.
Publicar un comentario