No es la primera vez que opino en este blog sobre Javier Hernández-Gracia. Escribe periódicamente una extensa columna en el Diario de Teruel, en la sección de opinión que titula Suburbios del abismo. Ampuloso, pedante, engolado. Inculto. Sus artículos están infectados de errores de todo tipo: ortográficos, de sintaxis, de puntuación. Un desastre. No solamente se desprestigia él sino sobre todo al Diario de Teruel que permite que nuestro idioma sea degradado de esa manera. No es lo mismo que un ciudadano envíe una carta al director a que lo haga un colaborador con sección fija y que seguramente cobra por sus artículos. En el primer caso se pueden perdonar algunos errores—las faltas de ortografía y de sintaxis las debe corregir un periodista del periódico—, pero en el segundo no se puede permitir que se machaque el idioma por alguien que presume, como es el caso, de licenciaturas, másteres y estancias en el extranjero. El único motivo que se me ocurre para que en nuestro Diario de Teruel se permita algo así es que se trate de alguien recomendado por un político—me inclino por uno del PSOE—de los que mandan en nuestras instituciones: la Diputación de Teruel o algún consejero de Teruel en el Gobierno de Aragón. Alguien con poder para imponerle al director del periódico la presencia de un colaborador tan mediocre. Al final de esta columna, podrán ver el último artículo publicado por don Javier Hernández. He señalado algunos errores, no todos. Dan vergüenza, mucha vergüenza. Me gustaría que los lectores de este blog, si opinan lo mismo que yo, enviaran una carta al director del Diario de Teruel para exigirle que las personas que escriben en nuestro periódico sean personas que conocen nuestro idioma y no lo pisoteen como Javier Hernández-Gracia. Espero que este señor sea mejor escultor que escritor. Alguien debería decirle, con cariño y delicadeza que no todos estamos dotados para todo. Que se puede ser un gran escritor y un pintor desastroso. Y a la inversa. Los artículos del este señor lo desacreditan a él, pero también al director del Diario de Teruel y al político que lo enchufó en un trabajo para el que no está capacitado.
Evaristo Torres Olivas
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