“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 24 de mayo de 2022

¡Qué fortuna tiene el bribón!

 La verdad es que el título de esta columna tiene poco de original. Lo han debido de utilizar docenas de personas para hablar del rey emérito. También podría haberle puesto el título de El numerito del emérito. O el que más me gusta de todos pero que he desechado por ser demasiado largo: Rufián llama truhan al Borbón del Bribón al que le gusta el Bourbon. Ha vuelto a España nuestro emérito después de dos años exiliado y pasando penurias fuera de su patria. Afortunadamente, ha estado en un país ejemplo de democracia, respeto a los derechos humanos y a la paz. No se podía esperar otra cosa de alguien responsable del restablecimiento de la democracia en España. Hombre culto, con un dilatado currículum académico y gran orador: sus discursos, que a él le llenaban de orgullo y satisfacción y a mí de entusiasmo y esperanza, son un ejemplo de su grandeza. Hombre de fuertes convicciones religiosas, amante de la familia y de la fidelidad en el matrimonio. Dispuesto a todo para defender España, incluso a protegernos a tiros frente a una invasión de elefantes. Más de una lágrima se me ha saltado cuando lo he visto, a sus 84 años, agotado y con secuelas físicas de tanto trabajar por nuestro país. No hay dinero que pueda compensar tanto desgaste, no hay comisión que repare tanto daño físico. ¡Tener que recorrer 6000 kilómetros en avión privado para ver a su familia! Bueno, no a toda, que su esposa de toda la vida, cuando se ha enterado de que venía, se ha largado a toda velocidad, la muy desagradecida. Pongamos en un lado de la balanza todo lo bueno bueno que ha hecho y en el otro todo lo bueno a secas. Por una parte, en el lado de lo bueno bueno: traer la democracia a España, en contra de la voluntad de los franquistas, mandar a callar a Chávez (¿Por qué no te callas?), decirles a los elefantes que cuidado con invadir España. Y por la otra parte, la de bueno a secas: cobrar cuatro chavos en comisiones, echarse alguna novia para descargar tensiones, aceptar algún pequeño regalo de sus amigos árabes. El balance de la balanza se inclina claramente hacia el lado de lo bueno bueno. Señor, perdónale sus deudas, no lo volverá a hacer, lo siente mucho.  Vuelve, emérito, vuelve a casa, vuelve, antes de Navidad. Gabriel Rufián, ¿por qué no te callas?

Evaristo Torres Olivas

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