“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 19 de mayo de 2022

La decencia y la barbarie

El poder evocador de los objetos es consecuencia de la necesidad que tenemos de recordar y preservar el pasado. Un objeto que perteneció o que nos regaló determinada persona mantiene viva la memoria de esa persona. El objeto conecta nuestro pasado con el presente. Yo conservo un ejemplar de Platero y yo, forrado en hule azul, que me regaló mi padre cuando yo tenía ocho o nueve años y cada vez que lo tengo en mis manos me conduce al archivo de mi memoria que me cuenta una larga historia de quién soy y de dónde vengo. Ahora les voy a hablar de otro objeto: una sábana sin terminar de bordar, con las iniciales RC. De poco valor material, pero de un inmenso valor emocional. La bordadora: Regina Cruzado Salesa, de Villarquemado. Asesinada a los veinte años y arrojada a una fosa común de Caudé en octubre de 1936. Sus familiares han conservado la sábana durante todos estos años y han tenido el enorme gesto de entregarla al Museo de Teruel que ahora la ha expuesto para conmemorar el Día Internacional de los Museos. Una magnífica y sencilla exposición. Es difícil contener las lágrimas y también la rabia, por el poder de emocionar que tiene una simple sábana, la sábana de Regina. Pero no es solo la sábana de Regina, sino de otras doce mujeres de Villarquemado que también fueron asesinadas en 1936. Estos son sus nombres: Gregoria Esteban Torres, Alejandra García Borao, Luisa García Lorente, Clara Gómez Martínez, Teresa Izquierdo Jimeno, Mariana Jiménez Edo, Antonia “La Melguiza”, Carmen Lanzuela Soler, Miguela Leonarte Pérez, Francisca Martínez Lilao, Rogelia Pérez Brusel y Luisa Remón Lilao.  Sirvan estas líneas para expresar mi agradecimiento a la familia de Regina, a Serafín Aldecoa, al Museo de Teruel, a Emeren García y a todas las personas que han hecho posible que una sábana sin terminar de bordar nos haya comunicado tantas cosas. Es difícil contener la emoción, pero también la rabia por las salvajadas cometidas en este país durante y después de la guerra. La sábana de Regina, la decencia frente a la barbarie. La delicadeza de una mano que borda frente a la crueldad de un dedo que aprieta el gatillo. El poder evocador de los objetos.

Evaristo Torres Olivas


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