“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 19 de enero de 2022

La gente que merece la pena y los políticos que no la merecen

 Hay días en los que uno se siente orgulloso de ser español. Lee la prensa, oye la radio y ve la televisión y se emociona con las historias de hombres y mujeres que hacen cosas maravillosas: donan órganos para salvar la vida de personas que ni siquiera conocen, exponen la suya para salvar a otros. Profesionales de la medicina y la enfermería, periodistas que recorren medio mundo para contarnos lo que pasa, poniendo en peligro su pellejo. Escritores y escritoras y artistas que nos emocionan. Gente corriente que nos sorprende por su valentía, bondad y honradez.  Pero frente a esas actuaciones, encontramos otras que nos hacen avergonzarnos de ser humanos. En estos últimos días, ha habido dos que a mí me han hecho avergonzarme de ser español y aragonés: el comportamiento gregario y sectario de algunos de nuestros políticos provinciales frente a las declaraciones de Alberto Garzón, por una parte, y de la consejera de Sanidad aragonesa, Sira Repollés, por otra. Hoy hablaré de Garzón. Mañana, de las palabras de la señora Repollés.  En el caso de las palabras del ministro Garzón, la exconcejala de Ganar Teruel y militante de IU, Anabel Gimeno, escribe en el Diario de Teruel del día 11 de enero un artículo de opinión que se limita a repetir, palabra por palabra, en un ejercicio de corta y pega, lo que han dicho hasta la saciedad los aduladores de su partido. La señora Gimeno sabe tanto de granjas, macrogranjas y minigranjas como yo de física cuántica. Nada. Joaquín Juste, el presidente del PP turolense, no tuvo inconveniente en acompañar y respaldar a Teodoro García Egea, el número dos del PP nacional, a Guadalaviar, para decir tonterías y mentir sobre lo que dijo Garzón, según recoge el Diario de Teruel el día 10 de este mes. Juste, que es agricultor, debería distinguir entre ganadería extensiva e intensiva y no hacerse una foto delante de cuatro vacas sueltas por el campo para criticar al ministro. Finalmente, la inefable Mayte Pérez, otra experta en ganadería y en hacer chistes malos, el día 13 de enero nos contaba en el mismo periódico que “las declaraciones del ministro fueron algo dogmáticas”, que al PP “no le importa la carne, le interesa la carnaza” (observe el lector la agudeza de doña Mayte, que deja a la altura del betún las palabras de su antes ignorado y ahora muy querido Pedro Sánchez cuando dijo: "A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible"). De su jefe, Lambán, todo han sido elogios (como no podía ser de otra manera, expresión favorita de nuestra consejera). Lambán ha hecho y dicho lo que tenía que hacer y decir y “ha defendido la ganadería intensiva y familiar aragonesa “desde el minuto cero”. Yo creo que incluso desde antes del minuto cero. Duele el comportamiento de estos políticos mediocres, sus palabras para adular y hacer la pelota al jefe, a quienes no les importa hacer el ridículo, con el único propósito no de salvar una vida, ayudar a otro ser humano, sino de salvar su propio trasero y asegurarse un puesto en las próximas elecciones o acceder a un puesto a dedo.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

ABOGADO dijo...

A mí lo que me duele es que la gente vote y mantenga a estos sujetos viviendo de la vaca del Estado. Hay que deslegitimar este sistema mediante la abstención.