Alberto Cubero, la prueba de que para concejal vale cualquiera

Publicado en Heraldo de Aragón 21/01/2022

 Si uno entra en la página del Ayuntamiento de Zaragoza y lee el currículum de Alberto Cubero, concejal por el grupo de ZEC (Zaragoza en Común), comprobará que tiene un grado superior en Aplicaciones Informáticas, aunque nunca ha ejercido su profesión. En cuanto a su experiencia, lo resume todo en poco más de dos líneas: “Desde joven compaginó sus estudios con diferentes trabajos: camarero, basurero, mozo de almacén, peón metalúrgico, etc. Su último trabajo es en el servicio de lavandería de un hotel (dónde está de excedencia)”. Yo me he dedicado durante treinta años a trabajar como responsable de personal o recursos humanos en varias empresas y jamás habría entrevistado a ninguna persona que presentara un historial tan chapucero y deslavazado. Estoy acostumbrado a que, a las empresas, incluso para puestos que exigen poca cualificación, las personas envíen un historial en el que consten la formación académica y la experiencia laboral detallada y ordenada: puesto, de qué fecha a qué fecha, tareas desempeñadas, etc. Solamente una vez, cuando trabajaba en una empresa del sector automóvil, recuerdo un caso similar al de Cubero. Un señor, de nombre Alfredo, envió una hoja de papel en la que en la experiencia laboral decía lo siguiente: “Soy medio cocinero, medio mecánico, medio jardinero y medio conductor”.  No sé si Alfredo habrá hecho carrera política, y ahora será también medio concejal o medio diputado. Lo que sí está claro es que, para ser político, con ser medio o incluso un cuarto de cualquier cosa es más que suficiente. Y así nos va. La última gesta del señor Cubero has sido llamar “carapolla” al alcalde de Madrid. No hace mucho, también mandó “a cascala” a una concejala del PP del Ayuntamiento. El señor tiene su estilo, su marca personal. Llama la atención que, en sus partidos, IU y PC, tan feministas y tan de izquierdas, no le hayan llamado la atención, no solamente por grosero, sino también por machirulo, por sus alusiones fálicas. No me extrañaría que cualquier día de estos a Alberto Cubero las mujeres de su partido le llamen “morrochocho”. Se lo merece.

Evaristo Torres Olivas