“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 5 de mayo de 2021

Iglesias, el inútil

 Publicado en Heraldo de Aragón 17/05/2021

Me alegro del fracaso de Pablo Iglesias en las elecciones de Madrid. Me alegro también de los buenos resultados obtenidos por Mónica García de Más Madrid. No me alegro de que haya ganado Isabel Ayuso. Tampoco me alegro del descalabro de Gabilondo: a pesar de las pocas simpatías que le tengo al PSOE, don Ángel es de los pocos de ese partido que me parecen sensatos y cabales, aunque sea un pésimo comunicador. Hecha esta digresión, vuelvo al asunto del título. Iglesias es un inútil. Lo ha dicho él mismo al comunicar que deja la política: “Cuando uno no es útil tiene que saber retirarse”. Y uno que no es útil es inútil, según el Diccionario de la lengua española. Ha tardado en darse cuenta. No todo es malo en Pablo Iglesias. Es un buen orador: controla el tono, el volumen y la cadencia de sus discursos. Pero le puede el ego y sobre todo el desfase entre las declaraciones y las realizaciones, la inconstancia y la incoherencia. Iglesias no ha terminado ninguno de los cargos institucionales para los que fue elegido y el último sin siquiera lo va a empezar. Su partido ha seguido una trayectoria descendente; bajo su liderazgo, Unidas Podemos se ha desunido y fragmentado en mil pedazos: están fuera Errejón, Bescansa, Teresa Rodríguez. Todos los vicios que les criticaba a los demás, a la casta, los ha adquirido él en poco tiempo. Un partido que presumía de tener miles de militantes, adscritos o como se llamen ahora, bajo el liderazgo de Iglesias no ha dudado en elegir para puestos de ministros, ministras y ministres a su pareja y a la compañera de su pareja en la universidad, Ione Belarra, dos personas sin el recorrido ni la experiencia de gestión necesarias para ocupar esos puestos. Sería injusto no reconocer que entre sus pocos aciertos está el de elegir a Yolanda Díaz como ministra de Trabajo y Economía Social, que al menos tiene una trayectoria profesional al margen de la política. También hay que reconocerle lo bien que ha gestionado su futuro. Y me creo los rumores que apuntan a que pronto veremos a Iglesias en un programa de televisión para dedicarse al “periodismo crítico”. Su paso por la política habrá sido muy malo para los ciudadanos, pero muy bueno para él. Muy útil para sus intereses personales e inútil para los de los españoles.  

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

ABOGADO dijo...

Hace unos días dijo en la SextaTV que, pasara lo que pasara, continuaría en la Asamblea de Madrid y ha vuelto a mentir. De todas formas, yo le pondría su nombre a una calle en señal de agradecimiento por su marcha, aunque se podía llevar a alguno/a más. Gente de este calado sobra en todas las facetas de la vida.