El culillo es una unidad de volumen equivalente a una pizca, una lágrima, unas gotas o un chin, que dicen nuestros amigos dominicanos. Se utiliza para medir la cantidad de vacuna que sobra cuando no se utiliza la jeringuilla adecuada, según Jesús Aguirre, consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía. Diez culillos forman un culín, diez culines, un culito, diez culitos, un culo y diez culos, un culazo. Algunos pensarán que los alcaldes, consejeros, militares y otros cargos que se han vacunado de la covid sin que les correspondiera son unos jetas o unos caprichosos, culo veo, culo quiero que dice el refrán. Y no es así. Como sobraban muchos culos, los alcaldes, consejeros, militares y otros cargos han aprovechado para vacunarse por la cara. A eso se le llama buena gestión, porque son personas responsables, conscientes de que fueron elegidas para administrar lo que es de todos y no desperdiciar nada y eso es lo que han hecho. Han sido tan generosos, que en lugar de tirar lo que nadie quiere, los restos, el culillo, o inyectarlo a los ciudadanos, han decidido que se lo inyectan ellos, para dar ejemplo de que en tiempos difíciles hay que aprovecharlo todo. Como esas madres abnegadas que dan a sus hijos lo mejor y ellas se conforman con lo que nadie quiere, las sobras. Y como dice el refrán, por sus sobras, o por sus obras, lo conoceréis, vamos a dar una lista de algunos de los que han aprovechado los culillos y nos han hecho sentir orgullosos de ser españoles, muy españoles y mucho españoles. Miguel Ángel Villarroya, Jefe de Estado Mayor de la Defensa, Javier Guerrero, consejero de Sanidad de Ceuta, Manuel Villegas, consejero de Salud de Murcia, Esther Clavero, alcaldesa de Molina de Segura, Ximo Coll, alcalde de El Verger y su esposa, Carolina Vives, alcaldesa de Els Poblets y una larga lista en Alicante, Córdoba, Zaragoza, Canarias, Extremadura, Tarragona. Del PP y del PSOE. En toda España, lo que demuestra que la generosidad y la honestidad son cualidades genéticas de la raza ibérica. A todos ellos, muchas gracias por aprovechar los culillos. Se merecen que les demos una simbólica patada en el culo y que los mandemos a tomar…un culín de sidra El Gaitero.
Evaristo Torres Olivas
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