“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 29 de diciembre de 2020

Un cuento chino

No es lo mismo una redacción escolar que un relato de Cortázar, Carver o Patrica Esteban Erlés. Tampoco es lo mismo una carta al director de Evaristo Torres que una columna de Manuel Vicent, Irene Vallejo o Rosa Montero. Debe haber una diferencia entre un concurso de relatos de una asociación de amigos de la jota de un pueblo de cincuenta habitantes y un libro de relatos publicado por una diputación provincial y un instituto de estudios provincial. No distinguir, ponerlo todo al mismo nivel, dice muy poco de quienes así piensan. Asistí por internet a la presentación del libro Cuento de Navidad, editado por Prames y el Instituto de Estudios Turolenses. Al día siguiente, invertí quince euros en el libro y lo leí en una tarde. El prólogo de Nacho Escuín anticipaba algo grande surgido de “una apasionada conversación en compañía de gestores y editores vinculados siempre a grandes proyectos…”. Añadía que Cuento de Navidad es una propuesta de “diez escritores que ya nos han demostrado su enorme creatividad y su capacidad no solo para la narrativa breve, muchos de ellos vuelan ya muy algo en nuestro parnaso turolense y nacional”. Ciertamente, algunos de los relatos son magníficos, pero otros no superan el nivel de la redacción escolar. Colocarlos a todos en el mismo libro, sin hacer distinciones, tiene por efecto desmotivar a los buenos escritores y hacer creer a los malos que están a la altura de los buenos. Como poner en un expositor un libro de Belén Esteban junto a otro de Eduardo Mendoza o una poesía de Machado junto a la letra de la Virgen de Pilar dice que no quiere ser francesa.  También hace cuestionarse el nivel y el criterio de quienes han hecho la selección de los textos publicados. Finalmente, he echado de menos la presencia de algunos buenos escritores turolenses. Creo que sobran algunos de los que están en el libro y hay otros que no están y deberían estar, aunque no quiero criticarlo porque desconozco si se les hizo la oferta y la rechazaron. Del Instituto de Estudios Turolenses y de la Diputación Provincial de Teruel se espera algo hecho con más rigor y criterio.

Evaristo Torres Olivas

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